“Los ojos bien abiertos y el recuerdo de lo que nos hizo bien y nos hizo mal nos ayudan a evitar los tropiezos al saber esquivar a tiempo las piedras del camino”. (Facundo Manes y Mateo Niro en “Usar el Cerebro”, pp. 136) H e tenido caídas en escarcha, blanca y negra, en la ducha y escalera, sobre cemento, ripio, piso mojado, de madera, hule, cerámico o por pisar en falso. Algunas bastante ebrio, otras de puro volado que soy, pero ¡ojo! que ocurrieron también sobrio. Las tuve suaves y esponjosas sobre la nieve y chistosas en la arena, también mullidas en hojas de otoño, incógnitas sobre las olas del mar y plácidas en lagos y lagunas. Como me acompañan de niño, no es que esté orgulloso, pero no necesito tatuajes llevo en la piel los estigmas de mis costalazos: tres suturas en el labio superior, dos en la canilla derecha, tres en el anular derecho, tres en la ceja izquierda, dos cortes en el cuero cabelludo y diez costuras operatorias en el codo derecho. Fracturas, algunos esgu
Crónicas, columnas, semblanzas y otras escrituras ideológicamente falsas