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Mostrando entradas de julio, 2017

Los ajenos a la "Cana"

Quizás me equivoco pero leí por ahí que fue la doctrina de los  “Gemeinschaftsfremde”, esa de que “los extraños a la comunidad”, debían ser perseguidos la que dio sustrato penal al régimen nacional socialista de la Alemania nazi para iniciar la persecución, encarcelamiento y exterminio  de judíos, gitanos, homosexuales, comunistas,  masones y no arios. Sin duda si Edmund Mezger, uno de los seguidores de tal doctrina estuviera vivo, como fascinado del paisaje humano y amante del paisaje natural creo que era, de seguro viajaría de Europa hasta Natales para ir a Las Torres del Paine, -sabemos que incluso la mente más brillante necesita a veces un descanso- pero si para su mala fortuna hubiese llegado al rodoviario ubicado frente a la cárcel , es posible que su alma se vería contrariada al leer que en el penal del extremo sur del mundo cuelga un cartel con vista a la calle pública que le recordaría lo errado de su teoría ya que señala: “Prohibido el ingreso a personas ajenas”, es deci

Un hincha del Liverpool

Quienes conocen a “Pac”  afirman que es un chico especial, no sólo porque integre una banda de rock o que en lugar de ser hincha de la U o del Colo-Colo, lo sea del Liverpool de Inglaterra y cuando ve por la tele jugar al club de sus amores se ponga la bufanda y camiseta del equipo y cante emocionado desde Natales el “You'll never walk alone”, himno que ha hecho famoso al equipo inglés; pero lo que lo distingue y hace diferente del resto es que a sus 22 años su frágil figura transmite un aura de juvenil cordialidad y espíritu servicial. Como hace unas semanas mis hijas, junto a su madre, debieron viajar urgente a Natales porque estaba falleciendo su centenaria bisabuela, la mítica María Pedroza, se toparon con “Pac” que en  realidad se llama Gonzalo Muñoz,  es el mejor amigo de Hugo Vera Parra primo de mis hijas y también bisnieto de la centenaria abuela. El joven se esmeró en acompañarles tanto en el hospital, como en el velorio hasta les llevó empanadas de la fábrica de s

Justice

"¡Me cago che! Europa no está pa’ fantasmas, güevón",  murmura Oyarzo sorbeteando el Schopp, girándolo ante sus ojos. - ¡Me cago che!, es fin de milenio Europa no está pa’ fantasmas, por más que lo quieras ya no está pa’ fantasmas-, gritan sus cuencas, boyas de  miel sumergidas tras un cristal de cataratas urinales, acompasadas con el Yellow Submarine del Wurlitzer posado en el fondo del océano shopero. Barrientos, sale del Pub abotonándose el Montgomery gris bajo una cotidiana y otoñal neblina, por las veredas circulan transeúntes pálidos, ignorándolo. Camina rápido, casi al trote, apretando hombros y cabeza gacha, su mirada café puesta en los adoquines de improviso se detiene para inhalar industriales humores. El  aromático olor carbón desfila marcando el paso de una  marcha  de obreros que se le acerca, los imagina  saliendo de apocalípticas minas. Su aliento cervecero, confundido con el carbono de amarillos cascos proletarios activa feromonas, resurge una diáspora d

Esa irresistible tentación por ser candidato

Con esto de Lagos, Piñera, Ossandon, Kast, Tarud, Guillier, Riveros, Insulza, Atria, Goic, Ruiz, Mayol, Sánchez, MEO, Parisi y  unos cuantos más que de seguro aparecerán, como la realidad se ha vuelto riesgosa, hay que ir por la vida con cuidado, conducirse a la defensiva, porque en el momento menos pensado podemos sucumbir a esa irresistible tentación por ser candidato; razón tenía, entonces, Carlos Monsiváis al señalar “cuán fácil es mantener la virtud si nadie nos asedia como es debido”.   Para que no nos tome por sorpresa, es mejor estar preparado yo, por ejemplo,  aunque renuncié al partido hace rato suelo estar siempre en alerta, aunque  nunca gané una elección ni siquiera esas de mejor compañero de curso que se hacían en la básica a mano alzada, lo más cerca que estuve fue la vez que me presenté para un centro de alumnos y saqué un voto, que no fue el mío, sino el de un amigo que me debía plata. Pero no es que cualquiera pueda, menos que yo tenga la peregrina idea de s

No culpes a la noche

“Por mi madre, bohemios” era el nombre de una columna que durante 42 años publicó Carlos Monsiváis en periódicos mexicanos donde abordaba la cultura popular, desde el movimiento estudiantil, la masacre de Tlatelolco hasta los boleros, entre otros. La frase la sacó del poema “El Brindis del Bohemio”, escrito por Guillermo Aguirre y Fierro. Un golpe de autoridad es el que ha dado el alcalde de Valparaíso Jorge Sharp, cansado de que los vecinos de los cerros reclamen por la delincuencia, balaceras y ruidos molestos durante la noche ha decidido poner coto al asunto y anunció una lucha frontal contra los carretes clandestinos y botillerías que funcionan sin autorización. Para coordinar la acción municipal con Carabineros designó a un Delegado de la Noche, ya que si bien habría control en el Barrio Rojo del plano, las fiestocas en los cerros estaban desbocadas. Si con estas medidas disminuyen los actos de violencia y el bochinche, para erradicar la delincuencia la cosa sería nada má

Lección de vida

Un padre y su pequeño hijo regresaban a casa luego de ver el “Chapuzón del Estrecho”, esa helada diversión de pasión colectiva que, en un día invernal, reúne cada año a más personas en la Costanera de Punta Arenas para tirarse en patota al Estrecho de Magallanes. El hijo, encantado por lo que acababa de presenciar, creyendo que algún día él sería uno de aquellos, justificaba a su padre la valentía de los osados bañistas con que: “¡Hay que gozar la vida!”. A lo que el padre, malhumorado y arropado hasta la cabeza, le entrega a su retoño una lección de vida que jamás olvidará: “¡Qué gozar la vida, ni que ocho cuartos, hay que romperse el lomo diariamente para ganar unos cuántos pesos!” El niño, mudo y avergonzado por la expresión de júbilo irracional que había expresado, comprendió de golpe y porrazo el agobiante futuro que la vida, por cuestión de cuna, le tenía deparada; tomó, entonces, la obrera y encallecida mano paterna, la apretó con cariño y pensó que tal vez no serí

El imperio de la exclusión

A mí eso de “Gobierno inclusivo”, me suena a puro cuento, porque desde el simple hecho de nombrar ministros un gobernante optó por unos  nombres y excluyó a otros tantos, ya sea que elija a los que le llamarán Presidente y deseche a los que dirán Jefe. Una vez acudí  a un  diálogo con nombre de collage surrealista: "De la locura de la exclusión a la exclusión de la locura", reconociendo que el excluir está en nuestros genes opté por escuchar, en lugar de hablar, es que a lo mucho puedo escribir, como razonar y vocalizar al mismo tiempo por estructura mental me está vedado participé poco, casi nada, lo cual no significa que no me queden dando vueltas las ideas que según entendí eran instar por un mundo inclusivo. Pero eso lo encuentro idealista,  ya que sin aparentar ser novedoso la teoría de la selección natural de Darwin sería expresión pura de la exclusión; y no sólo porque el naturalista inglés sí que era excluyente, cuestión de leer sus referencias a los indígena

A firmar un nuevo pacto

Aclaro de partida que no se me ocurrió por esto de que en Magallanes a raíz del cambio de hora, a diferencia del resto del país, vivamos adelantados, tanto que la senadora por Magallanes anticipó su paso a primera vuelta  saltándose las primarias, sino fue más bien porque creo un deber ciudadano contribuir a sincerar la política, lo que me motivó enviarles emails a los candidatos y candidatas a la Presidencia de la República con el fin de proponerles que firmen un pacto, algo así como un nuevo trato. La idea es comprometerlos en que para evitar desilusiones futuras no generen altas expectativas, sino que sean a lo menos bajas, es decir que con el fin de agradar al pueblo sus promesas de campaña no sean fantásticas, utópicas, ni tampoco irrealizables, sino que por un momento sean verosímiles, quizás un poco creíbles. Quedarían prohibidas todas las que hablen de educación universal gratuita; sueldo mínimo similar al promedio de los países de la OCDE; tasa de presos como Alemania

Lagos y el efecto Gusteau

Más que por no ser socialista, estar muy viejo o por soberbia, lo que jugó en contra de Ricardo Lagos para su frustrada nominación como candidato del PS a la primaria  presidencial de la Nueva Mayoría, fue que sucumbió al efecto Gusteau, ese principio del Chef de la película Ratatouille para quien cualquiera puede cocinar, incluso un ratón. Porque si bien la política no es propia del  arte culinario, el hecho es que están íntimamente relacionados, porque en la cocina privada de los partidos, y de los políticos, se han preparado los más sabrosos manjares y es de gente de bien  invitar a cenar a honorables comensales, más aún si el que come solo se atora. Lagos que dejó su gobierno con una  alta aprobación y apretones de manos de la gente de a pie que lo fue a despedir en La Moneda, debe haber pensado en su momento que en tan solo cuatro años regresaría a terminar los arreglos de palacio que le quedaron pendientes; pero siempre  fue contrario a una primaria o someterse a una v

La futura Metrópoli

No deja de ser afortunado vivir en estos tiempos, el mundo está cambiando aceleradamente y no sólo por el avance científico y tecnológico, aunque  algunos crean, equivocadamente, por cierto, que en lo de humanistas vamos involucionando hacia esa etapa primigenia de cuando eramos gorilas. A diario somos sorprendidos testigos de profundas transformaciones en nuestro entorno, como lo que ocurre con el cambio climático, todo lo cual obliga a los gobernantes a repensar las ciudades, un nuevo modelo de urbes que puedan resistir las arremetidas de la furiosa madre natura. Considerando, que ya sea con o sin nieve a los políticos nortinos pareciera ser que se le congelan las ideas -con excepción de Mayol que siempre las tiene calientes o, por lo menos, fresquitas- en razón que nevó en la zona central seria, entonces, atingente informarles la necesidad, imperiosa, de trasladar nuestra capital de la República . No se trata de copiar el sueño frustrado que tuvieron los argentinos co

Mi abuela tomaba el té con Allende

Nevó en septiembre, sentenció Etelbina Alderete Low, sincronizando a las 15:55 horas su reloj pulsera de plata con el del campanario del Santuario María Auxiliadora, girando a la izquierda enfiló por el costado derecho de Avenida Bulnes, dejándose acariciar por la agradable brisa que se escurría entre el follaje de los centenarios chopos negros y blancos del angosto parque, detuvo su marcha en la garita de taxis del cementerio municipal Sara Braun en los precisos instantes que le pareció escuchar las campanadas de las cuatro en punto. Espero cinco, diez, quince, treinta minutos. -¿Desea un taxi señora?- Intuía que no vendrían,  tal cual habría presentido desde Santiago treinta y tres años atrás, que el 15 de septiembre de ese año nevaría en Magallanes y tozuda como era no permitió que le prohibieran salir; más aún si en su familia estaban al tanto que para ella no habían razones que le impidieran dejar de acudir al compromiso iniciado cuatro años antes allá por el 69, cuando en me

Sobre Trump, Guillier y la TV

En su momento Obama fue el candidato de las redes sociales, pero Trump debe su triunfo al poder de la TV.   Con Guillier pasa algo similar, sabe que  su lugar en las encuestas y cercanía con la gente es fruto de su paso por la televisión, ese medio de comunicación unidireccional donde hay poca o nula retroalimentación, salvo el dudoso People Meter o los sesgados e intencionados estudios de mercado que analizan la venta de productos que se publicitan en las tandas comerciales, muy  diferente de lo que ocurre con las redes sociales y comentarios de los medios digitales donde el personaje queda expuesto a que lo puteen a cada instante. Como Guillier no reniega de sí mismo y está consciente de su glorioso pasado audiovisual lo utiliza a su favor -porque su paso por la prensa escrita es  poco conocido- más aún si  como hombre ancla de la tele debe conocer bien la máxima de Pepe Tapia esa de que:   "La Televisión penetra". Ahora bien si a Guillier se le ocurre siquiera

Barbie busca a Ken

Creciste arriba de unas North Star regaladas por tu hermano, mientras mamá cantaba las canciones de Sandro y papá quitándose los pantalones blanco plomizo movía las caderas haciendo la burda  imitación del Ídolo. Y  “ese es  mi amigo el puma” hacía olvidar las fonolas del cuartucho. Pero no estaban ni la malla strech, ni la Quinta Vergara. Y la señal de Televisión Nacional llegaba por el cable que todas las tardes salías con un  coligüe a colgar al tendido eléctrico, así cuando llegara papá enchufar la Sony, especie  recuperada por tu hermano de la misma casa de donde te trajo las North Star pulsar play y las carcajadas volcánicas de tu juata daban comienzo “En vivo y en directo y para todo el país”, del show callampero de tus padres, donde “Mi amigo el puma” bailaba con  “María la Brava”. Luego, acudías cual María Teresa Fernández a regalar la  Gaviota de Plata,  recortada del FestiViña  al jovie que cada vez le costaba más sacarse los encalados pantalones y cobrar su contrato mill