Ir al contenido principal

La futura Metrópoli

No deja de ser afortunado vivir en estos tiempos, el mundo está cambiando aceleradamente y no sólo por el avance científico y tecnológico, aunque  algunos crean, equivocadamente, por cierto, que en lo de humanistas vamos involucionando hacia esa etapa primigenia de cuando eramos gorilas.

A diario somos sorprendidos testigos de profundas transformaciones en nuestro entorno, como lo que ocurre con el cambio climático, todo lo cual obliga a los gobernantes a repensar las ciudades, un nuevo modelo de urbes que puedan resistir las arremetidas de la furiosa madre natura.


Considerando, que ya sea con o sin nieve a los políticos nortinos pareciera ser que se le congelan las ideas -con excepción de Mayol que siempre las tiene calientes o, por lo menos, fresquitas- en razón que nevó en la zona central seria, entonces, atingente informarles la necesidad, imperiosa, de trasladar nuestra capital de la República .

No se trata de copiar el sueño frustrado que tuvieron los argentinos con Viedma -¡pongámonos serios, por favor!- sino que hacerlo de manera factible y urbanísticamente planificado, sobre todo después que  esos copitos de agua nieve que este fin de semana cayeron en el Gran Santiago causaron estragos en la ciudad, sucumbieron árboles, cuarteles de bomberos, colapsó el sistema vial, se cortó la luz y más de un millón de personas quedaron a oscuras.

Conviene, entonces, recordar que “Desde Magallanes a cambiar el mundo” fue el futurista lema con que el entonces candidato Gabriel Boric diseñó  su campaña diputacional.

Como mientras en Santiago nevaba, en Magallanes había un sol pintado, pero radiante y considerando que en caso de que en Punta Arenas también nevara, la ciudad austral con viento y nieve siempre está preparada, aparte de algunos fracturados por la escarcha que ya a nadie asombran porque a ello están acostumbrados, lo mejor sería, entonces, trasladar la metrópoli a la zona austral y la capital de la XII Región para materializar aquello, la ciudad indicada.

Lo anterior tiene múltiples ventajas, no solo para dar una señal clara de descentralización, sino, también, porque geopolíticamente sería un gigantesco salto al estar próximo a conmemorarse los 500 años del Descubrimiento del Estrecho de Magallanes, además ocurre que como se está derritiendo la Antártica las políticas del gobierno de turno deberían estar orientadas a incentivar, antes de que otro país se adelante, la colonización del que será recordado como el otrora continente blanco y para ir a la Antártica, Punta Arenas es paso obligado. 

Eso sí el  trámite legislativo para llevarlo a la práctica requiere suma urgencia, porque si vuelven a ocurrir nevazones en Santiago no harán falta Hawker Hunter para que la techumbre de La Moneda se les venga guarda abajo.


A no ser que la decisión se tome vía decreto, ya que no sé si será tan necesario consultar a los magallánicos si piensan que la medida les traería  bonanzas o tempestades, porque llegarán las frenéticas, iracundas y robóticas aglomeraciones, se instalará la Casa de Gobierno y, también, el sofocante sopor santiaguino es capaz que traiga pulgas, baratas y otros bicharracos. 

Comentarios

Publicar un comentario