“Por mi madre, bohemios” era el
nombre de una columna que durante 42 años publicó Carlos Monsiváis en
periódicos mexicanos donde abordaba la cultura popular, desde el
movimiento estudiantil, la masacre de Tlatelolco hasta los boleros, entre
otros. La frase la sacó del poema “El Brindis del Bohemio”, escrito por
Guillermo Aguirre y Fierro.
Un golpe de autoridad es el que
ha dado el alcalde de Valparaíso Jorge Sharp, cansado de que los vecinos de los
cerros reclamen por la delincuencia, balaceras y ruidos molestos durante la
noche ha decidido poner coto al asunto y anunció una lucha frontal contra los
carretes clandestinos y botillerías que funcionan sin autorización.
Para coordinar la acción municipal
con Carabineros designó a un Delegado de la Noche, ya que si bien habría control
en el Barrio Rojo del plano, las fiestocas en los cerros estaban desbocadas. Si
con estas medidas disminuyen los actos de violencia y el bochinche, para erradicar
la delincuencia la cosa sería nada más que instaurar el Toque de Queda y la Ley Seca.
El puerto de Valparaíso, bohemio
por antonomasia, se convertiría, entonces, en un remanso de paz nocturna, donde la gente
acudiría tomada de la mano a disfrutar de las gaviotas, apreciar embelesados
del cielo estrellado y de la puesta de sol.
Quienes desconfiaban de la
capacidad de liderazgo del joven Sharp por su corte de pelo tipo paje,
informalidad y estilo despreocupado y le auguraban que la comuna de Valparaíso sería
el País de Jauja, estaban muy equivocados.
Porque Sharp, como varios del
Frente Amplio, se debe haber educado políticamente en la escuela de cuadros de Nodo XXI y aprendió
que si algo caracterizaba a los verdaderos gobiernos de izquierda, esos de los socialismos
reales, es el férreo control y orden que se impone a la vida de los ciudadanos, muy diferente de
los gobiernos de corte liberal extremo en que se reproducen hasta los jipis y
la única revolución que conocen es la de las flores.
Varios de los fieles
parroquianos de los carretes nocturnos que deben haber votado por Sharp para
alcalde creyendo ver en él a uno de los suyos, hoy estarán desengañados y tras
tomarse el ultimo copete, jalar la última línea y fumar la colita un lamento
estremecedor retumbará en los cerros de Valparaíso: “No culpes a la noche, no culpes a la playa, no culpes a la lluvia,
será que no me amas”.
Al oír aquello el alcalde Sharp,
que proviene una familia con alta cultura
musical, si bien respeta las interpretaciones del “Sol de México”, no entenderá
por qué mejor no tararean una de la Nueva Trova.
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