Quienes
conocen a “Pac” afirman que es un
chico especial, no sólo porque integre una banda de rock o que en lugar de ser
hincha de la U o del Colo-Colo, lo sea
del Liverpool de Inglaterra y cuando ve por la tele jugar al club de sus amores se ponga la bufanda y camiseta del equipo y cante emocionado
desde Natales el “You'll never walk alone”, himno que
ha hecho famoso al equipo inglés; pero lo que lo distingue y hace diferente del
resto es que a sus 22 años su frágil figura transmite un aura de juvenil
cordialidad y espíritu servicial.
Como
hace unas semanas mis hijas, junto a su madre, debieron viajar urgente a Natales porque
estaba falleciendo su centenaria bisabuela, la mítica María Pedroza, se toparon
con “Pac” que en realidad se llama Gonzalo Muñoz, es el mejor amigo
de Hugo Vera Parra primo de mis hijas y también bisnieto de la centenaria
abuela. El joven se esmeró en acompañarles tanto en el hospital, como en el velorio
hasta les llevó empanadas de la fábrica de sus padres y luego acompañó al
cortejo fúnebre a depositar los restos de la Abuela María a la bóveda del Cementerio
Nuevo de Natales.
Reconozco
que no tomé mucha atención cuando al regresar de Natales, mi señora e hijas comentaron
que habían conocido a un chico especial, un chico que por su pinta y actitud
parecía de los años ochenta, como lo definió mi hija menor.
No pasaría
mucho tiempo para volviésemos a saber de él, aunque esta vez de manera trágica,
porque fue la principal víctima de esa violenta
madrugada en Natales donde cuatro jóvenes fueron agredidos por dos ex
carabineros de franco y un guardia de seguridad.
Se
supo que el chico ochentero quedó impactado ante la agresividad de la pelea que sus
amigos protagonizaban y como él estaba allí, siendo el más débil, sin siquiera
defenderse fue golpeado reiterada y furiosamente con un palo, su cráneo no
resistió y se quebró como un mosaico.
Hubo
quienes le dijeron al muchacho que se fuera porque podría pasarle algo, pero como
“Pac” es un tipo leal y fiel, respondió “no puedo abandonar a mis amigos” ese amor filial lo tiene internado en la UTI
de Punta Arenas, en coma profundo luchando por sobrevivir.
El
hecho causó conmoción en Natales tanto que el día de los hechos motivó que una turba las emprendiera por Facebook
contra los agresores, señalando irresponsable y peligrosamente con rostro y
nombre a presuntos implicados, que no
eran tales, luego para descargar su rabia atacaron la Comisaria y Gobernación del
pueblo a pedradas, quemaron neumáticos y levantaron barricadas.
Los
agresores de “Pac” y sus amigos fueron
detenidos, durante la audiencia de formalización de cargos trascendió que quien
está sindicado como el autor principal de los golpes señaló que la pelea se
produjo por dimes y diretes y que estaba tan curado que no sabía a quién ni a
qué estaba apaleando. Los tres imputados quedaron en prisión preventiva en la cárcel de Punta
Arenas.
Como
las malas noticias vuelan la doctora Cordero, con esa costumbre tan suya de
proferir barbaridades para causar polémica, a través de una radioemisora santiaguina
comentó sobre el caso y dijo que uno de los agresores tenía apellido indígena,
era nativo, originario, un tehuelche y los que son aborígenes con trago se
ponen muy violentos, no así los huilliches que son pacíficos, cuestión que no
podían refutarle porque ella lo había estudiado harto.
Si
acaso la destacada siquiatra se refería a quien está imputado como coautor del delito,
alguien debería aclararle que pareciera estar equivocada porque su apellido es
huilliche, no es aborigen de la zona y los aoniken, que así se llama en Chile a los tehuelche, en Magallanes se
extinguieron hace rato gracias al fusil del hombre blanco civilizado, por lo
cual es factible pensar que la predisposición genética a actuar como bestias es
transversal a épocas, desarrollos, etnias o civilizaciones.
Sería el padre del joven quien daría muestras de templanza y cordura, a pesar
de que las mentes afiebradas que nunca faltan y por Facebook se propagan, esperaban que echara la culpa a la policía uniformada, pero el progenitor de “Pac” en un acto de mesura
y prudencia, como pocas veces se ve en estos dramáticos casos, se limitó a
decir que: “Los funcionarios de Carabineros
son personas comunes y corrientes. Que visten su uniforme para cuidarnos, si
dos personas que son funcionarios cometieron un hecho, no hay que condenarlos a
todos, porque no todos son iguales”.
“¡Oh! Mamá
si en Natales no pasa nada”, relata la madre que le respondió su hijo cuando
ella le dijo que se cuidara antes de salir de casa.
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