Estimado camarada Daniel, prefiero decirle así, no compañero Daniel para no dar pie que los esbirros del neoliberalismo en su campaña del terror digan que lo de compañero Daniel, suena como a su tocayo Ortega, el presidente nicaragüense, ese “traidor de la revolución”, frase que, por cierto, no es mía, sino de la poeta y ex sandinista Gioconda Belli, a la que las compañeras Camila y Karol, deben leer harto. Camarada Daniel, tras los últimos resultados electorales unido a que hace poco en un frío y húmedo día en Angol, durante un acto al que usted asistió reunió más de 40 felices y convencidos adherentes, lo que es un hito histórico considerando que en la Región de la Araucanía todavía sobrevive la derecha, si a ello agregamos que el debate de las primarias fue un partido amistoso entre el equipo titular (usted) contra la reserva (Boric), un aplaudirse mutuamente las jugadas o ensayar la estrategia con el cuidado de no lesionar a quien jugará la final, su triunfo en la elecciones de
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