Deben ser pocos en Punta Arenas que no conozcan, o no hayan oído hablar del profesor Fulvio Molteni, educó a muchos, formó personas y lideró un liceo. Quienes fueron sus alumnos recuerdan con cariño su asignatura de Castellano, ya sea en enseñanza media, prepararlos para la PAA o la PSU, cuestión a esto último estando jubilado todavía se dedica, su pasión por educar con las letras la comparte con la carpintería en su casa. No tuve la fortuna de estar en sus clases, pero lo veía siempre en el Liceo de Hombres y conocía de su prestigio por mis primos mayores Chony y Coco que sí lo tuvieron. La única vez que estuve con él fue en Cuarto Medio, como solía pedir libros en la biblioteca, la profesora jefe me nominó para decir unas palabras para el aniversario del Liceo. Pero si bien yo leía un poco, menos aún escribía, mi texto fue un enredo de frases inconexas y recurrentes, costumbre que, dicho sea de paso, mantengo hasta hoy para camuflar mi ignorancia. Como se leería en un act
Crónicas, columnas, semblanzas y otras escrituras ideológicamente falsas