Los últimos días ando como extraviado, con problemas de interpretación, veo cosas que no existen, me paso rollos " ¿no será ya tiempo de volver con el siquiatra?" pero me resultaría más barato eliminar Netflix de mi televisor. Sin embargo peor que yo está ese abogado con quien conversé la semana pasada, me dijo que no sabía que hacer ya que aunque conocía a los jueces, e incluso conversaba con ellos, igual le iba mal en las audiencias porque fallaban contra sus intereses. Como encontré curioso que, siendo él un destacado abogado esgrimiría tal argumento, le pregunté si a lo que aspiraba era a que los magistrados fallen por amiguismo o, de frentón, como él se dice de izquierda piensa que con el triunfo del capitalismo, el individualismo invadió nuestras almas y, hoy por hoy, ni la amistad vale la pena. Debo decir que sin ser yo abogado también tengo de amigo un juez y, tal parece, es el único que me queda, porque los otros ya me olvidaron y al que creía más fiel,
Crónicas, columnas, semblanzas y otras escrituras ideológicamente falsas