Durante el reciente Mundial de Rusia me
comuniqué con mi amigo y compañero de periodismo en la UFRO, Víctor
Toloza, actual director de El Mercurio de Antofagasta, un futbolero de
corazón con buen pie y toque del balón, le dije que para
el golpe del 73 mi abuela, con mi tío Carlos Martínez (armero y el mejor de
esos hermanos según mi madre) después que éste estuviera preso en el Estadio
Nacional tuvieron que exiliarse con mi prima “Chelita” en la Argentina, cruzaron
por Natales a Río Turbio, un paso fugaz por Buenos Aires y se
instalaron definitivamente en Río Gallegos, mi tío nunca pudo volver a Chile y
murió en Argentina, mi abuela murió hace unos años y está enterrada en el
cementerio de Río Gallegos, el mismo dónde está Néstor Kirchner, con quién
según ella eran conocidos, claro está que según mi abuela, cuando vivía en
Santiago ella también solía tomar once con Allende.
Proseguí el relato con
que mi prima sigue en Río Gallegos, como últimamente estamos
conectados y estaba seguro que Argentina ganaría el mundial, le dije que iba a
comunicarme con ella para decirle que iría a ver la final a Río Gallegos,
porque había apostado con un amigo de El Mercurio de Antofagasta que si
Argentina jugaba la final yo escribiría una crónica y él me la
publicaría.
Toloza me contestó: “sería una
¡Bellísima crónica!”
Ahora sí perdían con Francia
no alcanzaría ni para nota breve, a lo más para obituario y eso lo podía
redactar sin moverme de casa, porque no lo publicaría nadie, ni siquiera para
subirlo al blog, pero como tantas veces sucede me arrepentí de esta
lengua mordaz que me persigue, porque no es de buen vecino
burlarse de las desdichas futboleras de los hermanos transandinos, menos ahora
que por la difícil situación económica hay gente que lo está pasando muy mal, como el salvataje del FMI no sirvió de mucho, esperan que llegue pronto el helicóptero piloteado por De
La Rúa y pase por lo de Casa Rosada para llevarse a Macri con su triunfadora sonrisita
optimista y los desinflados globos amarillos tradicionales de su campaña.
El caso es que a nadie favorece que Argentina no prospere,
menos a nosotros, como compartimos una extensa frontera nuestros políticos
se parecen aunque presentan, también, claras diferencias.
Por ejemplo Allende era un
civil y Perón un milico. Aunque no tuvimos a la hermosa Evita si a una
buenamoza Gladys Marín. Miguel Henriquez estaba más cerca de Roberto
Santucho que de Firmenich. Aylwin nunca usó bigote y Alfonsin sí; Bachelet unos kilitos más que Cristina. Y si bien algunos del Frente Amplio pueden cantar:
“La marcha de los muchachos peronistas”, ello no significa que hoy quieran emular a La Cámpora.
Pero hubo un periodo que nuestros políticos fueron
como flamas gemelas, porque nacieron de un mismo huevo de serpiente fecundado in
vitro por la Escuela de Las Américas, ocurrió durante las dictaduras militares y
potenciaron sus lazos bilaterales para reprimir, ello hasta el Conflicto por El Beagle
y los dichos del General Luciano Menéndez
“si nos dejan atacar a los ‘chilotes’, los corremos hasta la Isla de Pascua, el
brindis de fin de año los haremos en el palacio de La Moneda y después iremos a
mear el champagne en el Pacífico”, pero con la Firma del Tratado de Paz y
Amistad nada de ello ocurrió, después vino lo de Malvinas y Pinochet, que no
era de los tipos que olvidara, como nuestro padre de la patria fue un guacho, pero inglés
igual, pensó que lo más lógico era apoyar a Inglaterra y así de los dictadores
sudamericanos quedarse él como jefe del Clan.
Lo anterior es historia hoy con el dólar alto y la inflación en
ascenso en Argentina, algunos de Cambiemos, la coalición oficialista de Mauricio Macri, pensarán
cómo su Presidente no puede parecerse un poco más Piñera, si ambos son empresarios, de derecha, la diferencia sutil puede estar en que Macri nunca aprendió a
valorar la política y Piñera desde niño está inmerso en ella.
Comentarios
Publicar un comentario