Quienes en su minuto cuestionaron que el ministro Grau asistiera a una comida con empresarios de la salmonicultura, son los mismos que ahora critican que no asistiera a una cena con empresarios mineros.
A futuro, los gremios
empresariales, tan dados a dialogar con música de fondo de los cubiertos o
mientras utilizan mondadientes, debieran evitar desayunos, almuerzos, cenas y
todo tipo de opíparos encuentros con ministros, la conversación puede resultar
estéril, peor que diálogo de sordos, es de mala educación hablar con la
boca llena o se pueden atorar
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