La polémica porque unos ministros no
registraron en la ley del lobby una comida que sostuvieron con empresarios de la salmonicultura , en casa de un reconocido lobbista, no es más que una polémica
artificial y malintencionada.
Ello, porque dicha comida de seguro solo
fue para conversar, según el paladar individual, cuál especie de salmón es
más sabrosa, si el chinook, coho o el salmón rojo noruego y aunar criterios si para
aprovechar mejor los valores nutritivos y alto contenido de Omega 3 del salmón,
es mejor cocinarlo a la plancha, al vapor, horno, a la parrilla, ahumado o
comerlo crudo en ceviche.
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