Escritos de un Decrépito Burgués

  El Presidente Boric, que aparte de gobernar el país, es el primer receptor activo de medios, cual defensor del lector calificó a Francisco Covarrubias, como un columnista menor, lo que se debiera aceptar si lo dice nuestra primera autoridad. Aunque asaltan dudas al respecto, la primera ¿cuándo un columnista es mayor? ¿será por la edad, el medio en que publica, lugar que su opinión ocupa en la página o la cantidad de caracteres? Segundo, si el Presidente cree de veras en una sociedad de iguales ¿Por qué diablos discrimina entre menores y mayores? Tercero, si piensa que Covarrubias es un columnista menor, ¿para qué, entonces, lo lee? más encima escribe en El Mercurio ¿no era que El Mercurio mentía? aunque convengamos que esto último está quedando en el pasado, hoy en día hasta esos febriles líderes jóvenes, que hace solo unos años eran acérrimos críticos, hoy publican columnas en El Mercurio o La Segunda. Si Covarrubias es, a juicio del mandatario, un columnista menor, no debie

  La pandemia motivó a varios a reflexionar, bucear en su interior, conectarse con los orígenes de la vida y, preguntarse, también, por los principios de las disciplinas que ejercen diariamente.   El caso de una jueza de Garantía de Santiago es sintomático de lo anterior, el teletrabajo le permitió impartir justicia en Chile desde Italia, lo cual no es para nada criticable, bien sabemos que los principios fundamentales del Derecho están en el Derecho Romano. Como se está digitalizando la justicia, y con esto de la inteligencia artificial, en el futuro no será necesaria la presencia física de jueces, fiscales, defensores, victimas ni imputados, bastará de ellos un holograma, un video, con una foto cuadraría y hasta un dibujo pasaría. Por tal razón, que la jueza de Garantía de Santiago tomara audiencias  por zoom desde Italia, si bien para algunos suene a privilegio, no tiene nada de extraño, considerando que en virtud del auto acordado de la Corte Suprema, hubo abogados  que tomar

  Se cierra el año escolar en Ch ile con dos casos de profesores  que representan dos formas de entender la pedagogía.   Primero, el caso del profesor de un colegio de élite de Punta Arenas, que abandonó la gira de estudios del curso que acompañaba, porque un grupo de alumnos vulneró las reglas de convivencia y compraron droga en Alemania; el profesor envió una carta a los apoderados y al colegio explicando su disconformidad con el actuar de sus alumnos, quienes quedarían a cargo de otro docente y apoderados que, también, iban en el viaje.   El segundo caso, es el de un pedagogo ,  avezado militante político ,  que se jactó de hacer  “un pacto con el narco”  para poder realizar un preuniversitario en sectores populares dominados por el narcotráfico, justificando que con ello podía salvar a unos niños, obviando que haciendo vista gorda estaba condenando a l flagelo de la droga a  muchos otros. El año 1970,  el brasileño Paulo Freire publicó La Pedagogía del Oprimido, texto que se convir

No cabe duda que el Presidente Bukele impone estilo y muchos políticos ya lo quieren imitar. El Alcalde, Rodolfo Carter, es uno de ellos, a tanto llega su admiración que, últimamente, luce un cuidado corte de barba al estilo del mandatario de El Salvador. Lo anterior, no tiene nada de especial, considerando que somos libres de cultivar el estilo como nos venga en gana y, sería contradictorio, que al alcalde Carter, de repente, se le ocurra lucir un corte de pelo tipo Peaky Blinders.