Para que no se piense que nuestro Presidente se cree aquello de “El Estado soy yo”, la dirección de comunicaciones de la presidencia debiera pronto emitir un comunicado informando a la ciudadanía que, acorde al estilo distinto de gobernar de su excelencia, que prioriza “estar con el pueblo conversando directamente con ellos”, participará en cuanta marcha se realice cerca de la Moneda, independiente de las demandas y reivindicaciones o del color político de tales actos, considerando que el pueblo somos todos.
Se tendría que solicitar a organizaciones y
grupos de personas avisar con antelación la fecha y hora de la marcha para
incluirla en la agenda diaria presidencial, con el fin de evitar que, en un
mismo día y hora, se realicen dos o más marchas ya que, aunque el presidente lo
desea, no posee el don de la ubicuidad, para estar en dos o varios lugares al
mismo tiempo.
De este modo, se podría coordinar con la
seguridad de palacio la vestimenta que llevarán para cumplir su función de
resguardo de la seguridad del mandatario y los participantes, la que, para
evitar malos entendidos, será similar al traje presidencial.
Se dejaría en claro que por motivos de
protocolo y de habitabilidad del cargo, el Presidente usará tenida formal, sin corbata, por supuesto, pero en
ningún caso capucha o embozado, no avalará desmanes ni será responsable de la
violencia que, en el contexto, de las movilizaciones se generen.
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