Un liberal cualquiera, debió sentir frustración cuando se enteró de los resultados de la encuesta CEP, no solo porque no más de un 49% exprese que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno y que se le dé más importancia al orden y seguridad que a las libertades públicas y privadas, sino porque pareciera haber el germen de un autoritarismo galopante en el país, y no del que reinó durante el octubrismo por los admiradores de la Primera Línea, precisamente. Lo anterior resulta paradójico en el contexto de un gobierno que solo hace 10 meses, fijó su residencia particular entre Esperanza y Libertad.
Pero, también, para el Presidente Boric y los
suyos, debió resultar frustrante, no solo porque el mandatario tenga una imagen
negativa superior a la de Sebastián Piñera, -49 y 42 puntos respectivamente- y
una imagen positiva menor, 23 Boric y 28 Piñera, lo que sin duda es muy mal
resultado, sino porque tales guarismos son producto más que por los aciertos de
la oposición, por los recurrentes desaciertos cometidos por su gobierno.
Aunque otra lectura de tales datos
lleva a pensar que quizás la coalición gobernante tenga algo para celebrar,
porque el discurso de Igualdad con que se asumió en marzo, en pocos meses
habría permeado de tal modo el tejido social que cuando hoy se consulta a
las personas por la imagen positiva y negativa de los personajes políticos,
tanto el Presidente Boric, como el ex presidente Piñera, están, casi, igual de
mal.
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