Cristián Warnken, es un hombre de bien, tanto que muchos afirman que piensa bonito, sin embargo, su columna “Una derrota necesaria”, tiene cierto aire vengativo, que como poeta sabe disfrazarla con el artilugio de las palabras.
De su lectura uno puede sostener que en el próximo plebiscito más importante que votar por el contenido de la propuesta constitucional, lo es de propinar una derrota al gobierno, que los partidarios del apruebo para no ser tan soberbios coman tierra, muerdan el polvo oel pasto del fracaso, porque para aprender a comportarse bien una temporada en el infierno les haría falta.
Pero ocurre que, así como en el derecho penal el magistrado
juzga hechos y las conductas desplegadas por el presunto autor, no si acaso es
altanero, despectivo o desdeñoso, en el plebiscito del 4 de septiembre, los
chilenos juzgaremos si el texto constitucional es o no apropiado para el futuro del país, no si acaso la
vanguardia gobernante es simpática, intolerante, o arrogante.
"¡Así
no, don Cristián, así no!", huele a revancha.
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