Hay personajes que trascienden el momento y se sienten obligados a ir por la vida con la dignidad del cargo que ostentaron, tal cosa sucede con Ricardo Lagos, aunque se le exige manifestar con claridad si votará apruebo o rechazo en el plebiscito del 4 de septiembre, Lagos opta por ser prescindente, tal cual si siguiera siendo Presidente.
Pero demasiada seriedad a veces le
juega en contra, como cuando confunde la lectura de una columna de sátira
política y la entiende como si fuera una solemne opinión de política
formal.
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