Cuidar las palabras

 La foto que Gabriel Boric se tomó abrazado con Carmen Frei, será un recuerdo preciado para su álbum familiar, si hasta el  21 de noviembre el diputado Boric quería desprenderse de cualquier cosa que lo vincule con la política no solo del siglo pasado, también de los anteriores, no es que de pronto prefirió a los pelucones por sobre los chascones, sino que la sangre tira y por las tumultuosas venas de Boric, corre también sangre democristiana.

Porque la historia de la familia Boric, es también la historia de la DC magallánica y el joven Gabriel refleja que, como en toda familia, no falta el que nació zurdo.

Ahora si de gestos se trata como se comenta que Boric para ganar la segunda vuelta debe emular a Ricardo Lagos, una foto abrazado con él sería lo indicado aunque un tanto más complicado porque a Lagos, el factotum de la Concertación, tanto el Frente Amplio como el mismo Boric no se cansaron de desprestigiar.

Valga recordar que en agosto del año 2016 Gabriel Boric señalaba que Ricardo Lagos “representa quizá lo peor de esa cara” y remarcaba “Cierro la puerta categórica a Lagos, y quiero ser muy claro en esto. Nuestra oportunidad de emergencia política y de constitución política es con autonomía de la Nueva Mayoría, si no, no va a ser. Es sumar y no ser sumados, y Ricardo Lagos hoy día representa un país que yo creo que ya quedó atrás, pero además representa ideas que son una actualización del neoliberalismo, como una suerte de reciclaje de la tercera vía de Tony Blair. A mí no me interpreta”, sostenía el Boric de entonces.

El mismo año, pero en el mes de septiembre, Boric subrayaba: “Ricardo Lagos es parte de quienes han generado el malestar que hoy atraviesa al pueblo de Chile y yo creo que él está en una posición contraria de quienes padecen ese malestar” y remachaba “Nosotros queremos saber si el señor Lagos está en contra o a favor de terminar con las AFP, si está a favor de que la educación sea un derecho y no un negocio como fue durante su gobierno, cuando creó el Crédito con Aval del Estado que endeudó a miles de familias chilenas”.

Pero juega a favor de Boric su juventud y puede explicar que tales palabras fueron un arrebato de arrogancia juvenil y todos en algún momento presos de la impulsividad hemos dicho palabras sin pensar, ni medir las consecuencias que nos traerán, de seguro don Ricardo, lo entenderá, le dará una palmaditas en el hombro y lo abrazará