Es reconocido que, de Perón en adelante, en Argentina se encarnó un sentimiento nacionalista y antiimperialista que perdura en la actualidad, más incluso que el de los propios cubanos después del triunfo de Fidel y mayor, por cierto, que en la Venezuela de Chávez y Maduro.
Aunque su actual crisis económica, que es ya la de un paciente
crónico, obligó a que empresas trasnacionales como Latam y Falabella decidieran
abandonar Argentina, lo que si bien traerá serios coletazos a su alicaída economía, no
por ello mellará el sentimiento de orgullo nacional trasandino, más aún si
ahora se sumó la Coca Cola, símbolo del imperialismo yanqui.
Lo inquietante sería que, como están las cosas en Argentina,
al Sol de Mayo se le ocurra bajar de la celeste y blanca, ir donde la
yerba mate Taragüi, compartir un amargo y sugerirle que para proteger su
empresa lo más sensato para ella sea, también, irse del país.
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