Es loable pasar por sincero, pero no una franqueza llevada al extremo como la del diputado Pepe Auth, que sin ser italiano dijo en el hemiciclo que votaba dos veces por correo en las elecciones de Italia, porque a su esposa y suegra, que sí son italianas, les llegaba por vía postal el sufragio y se lo entregaban a él para que votara, como es asiduo lector de los diarios italianos, estaba al tanto del devenir político, por lo que ni tonto ni perezoso era, finalmente, él quien sufragaba.
Pero
tanta franqueza es delicada, puede traer serios problemas domésticos, pero no
porque ahora el diputado Auth, capaz que confiese que votó por Berlusconi,
sino porque en su casa descubran que, más de una vez, se inclinó por Cicciolina.
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