Uno de los argumentos utilizados para aprobar el retiro del 10 por
ciento de los fondos de las AFP, fue que era de sentido común que si uno es
propietario de esos fondos tenga derecho a retirarlos. La causa adquirió
masiva adhesión y se dice que por temor a ser funados quienes hasta hace unos
meses eran contrarios del retiro votaron a favor.
Los legisladores más que votar por sus ideas, lo hicieron por temor a ser
funados en redes sociales, la tercera cámara no sería el Tribunal
Constitucional, sino tuiter, facebook o Instagram.
Por estos días también
se formalizó de cargos a una persona a quien se le imputa el delito
de violar una joven que se suicidó, como el juez de garantía decretó arresto
domiciliario para el imputado mientras dure la investigación, las redes
explotaron, se suscitaron cacerolazos y otras acciones de rechazo contra la
resolución judicial.
Porque a las redes sociales no solo
les quedó gustando legislar, sino que ahora van por más, también quieren
juzgar, aunque virtualmente ya lo hacen, pero no de manera oficial. Más aún si hoy parece de sentido común que si
alguien denuncia a otro, ese otro es ya culpable aunque no haya prueba
alguna para comprobarlo; por cierto que los medios de comunicación tienen también
su cuota de responsabilidad en aquello porque más que informar, culpar viene a
ser la noticia.
Sin embargo los jueces deben actuar
sin dejarse presionar y con independencia, aunque para algunos la práctica
racional del derecho sea un ideal, porque los magistrados no pueden deshacerse
de su filtro cultural, pero los jueces tienen las leyes, pruebas, testimonios
y otros antecedentes que se rinden en el juicio para encontrar la
convicción y certeza jurídica con que argumentar sus sentencias sobre la
culpabilidad o absolución de una persona.
Si algún iluminado quisiera reponer
la pena de muerte en Chile, este sería el momento apropiado,
solo aplicar una encuesta preguntando si se está de acuerdo
con aquello de que “El que mata debe morir”, es muy probable que
menos de un 10 ciento estaría en contra, es que por estos días hasta el Código de Hammurabi
prevalecería.
Tal como aconteció con los
parlamentarios que legislaron a favor el retiro de los fondo de las AFP, habrá
que ver si en este caso en particular el día del juicio oral los jueces temerán,
también, ser funados por las redes sociales, de ser así imperará, entonces, la
justicia popular, el poder judicial estará demás, peor que para el día del
juicio final.
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