Hoy hablé con
mi hermana, me informa que se retiran los arrendatarios de la casa de Mamá, al
parecer huirían despavoridos porque si bien al principio era solo su espectro que
se les aparecía, resulta que ahora se sumó el de mi Tío.
Por supuesto
que a mi hermana no le creí, si bien mi madre de algo se sentía orgullosa era de su
hogar el que solita y con mucho esfuerzo logró levantar, era un tanto fregada, pero
nunca tanto como para asustar, de modo tal que si yo creyera que su vivienda
sea ahora La Casa de los espíritus, sería como plagiar a Isabel Allende.
No obstante lo
anterior, podría no ser tontería, sobre todo si una encuesta nacional de percepción social de la ciencia y la
tecnología encargada por la Comisión Nacional de Investigación Científica y
Tecnológica (Conicyt) del año 2016 arrojó que en Chile el 50,5 % de las
personas cree que los espíritus existen, es que en el
país se cree más en los espíritus que en los políticos.
Próximamente deberé viajar a Natales, pero estoy
en duda de ir a dormir a la casa, no es porque tenga miedo, creo poco y nada en
supersticiones; aunque a veces siento que mi madre se fue con ganas de cantarme
unas cuantas y con la cuchara de madera en la mano es muy capaz de esperarme.
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