Deben ser muy pocos los de mi generación
que no recuerden la memorable frase: “La televisión, penetra” del recientemente
fallecido cómico chileno Pepe Tapia. Su partida coincide con un resurgir de la
televisión como el principal medio de comunicación que, en el marco de pandemia,
consumen los chilenos.
Quienes ayer rieron con sus tallas y
personajes hoy lloran su muerte, pero no solo en el ámbito de la comicidad dejó
su huella Pepe Tapia, también en la política tuvo y tiene secretos seguidores.
Si antaño, como señala Jaime Duran Barba, la forma que tenía el
candidato para llevar su mensaje a los electores era megáfono en mano subido a un
cajón de manzanas, luego se trasladó a los locutorios radiofónicos, pasó a los debates en programas
políticos televisivos o escenarios al aire libre en masivas concentraciones, hasta
que irrumpieron las redes sociales y solo era necesario tener un celular disponible y dedicarse a
tuitear; hoy los políticos se desviven a diario por aparecer unos
segundos en los matinales, porque pareciera ser que la política se trasladó de
la sede del congreso, municipalidades, agrupaciones partidarias y asociaciones
gremiales a la pantalla chica, lo cual tiene una explicación y la dio hace años
el visionario Pepe Tapia: “La televisión, penetra”.
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