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Roland Barthes y Marcela Cubillos

 Se cuenta que la cátedra de semiología literaria de Roland Barthes, en el College de France, tenía tal demanda de alumnos, que estos copaban el aula durante las charlas previas, no porque les interesara esos temas, sino solo por tener un asiento asegurado para escuchar al semiólogo francés, que hablaría después.

La catedra de Barthes en el College de France, era llegar al sumo que podía aspirar todo académico, tenía el privilegio de no preparar clases, ni exámenes ni corregirlos, solo dictar sus lecciones sobre el tema que quisiera, ante un público de alumnos jóvenes y no tantos, que ensimismados lo escuchaban. Similar a Sócrates en la antigua Grecia.

Entrevistada por el Mercurio, Marcela Cubillos, por años militante y figura política de la derecha, reconoció que fue por cercanía con Luis Cordero que llegó a la Universidad San Sebastián “a lo mejor puedes hacer algunas clases”, le habría dicho. Comenta que en sus clases había hasta lista de espera de alumnos para tomar el ramo (lo que, en cierto modo, guardando las proporciones, sería tal cual ocurría con la cátedra de Barthes).

Cubillos, agrega que también participaba en actividades de promoción de la universidad, y que esta le asignaba un valor especial por tenerla a ella en la casa de estudios, es decir, ser un “rostro” de la universidad.

En tal calidad, de “rostro publicitario”, más que de académica, alega en su defensa que nadie cuestiona los sueldos de los animadores de la televisión, o sea los rostros televisivos, con los que Cubillos sería colega de oficio.

Cabe, entonces, preguntarse si por décadas los partidos políticos (por ende, los políticos), en todos los estudios de opinión figuran como las instituciones más desprestigiadas, a diferencia de las universidades, que están entre las más valoradas, ¿Qué sentido tiene tener de rostros publicitarios a figuras de la casta política?, ¿acaso, no debería ser lo contrario, que figuras del mundo académico sean rostro de la política?

Con todo, nadie puede desconocer que Marcela Cubillos, al igual que Roland Barthes, llegaron al punto culmine de la carrera catedrática, el semiólogo francés por su valor académico, Cubillos, por su valor monetario.

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