La selección chilena de fútbol, llegó a la ciudad venezolana de Maturín, para disputar un partido por las clasificatorias al mundial y el entrenador de Chile, Eduardo Berizzo, instruyó a sus jugadores dormir en el hotel con el aire acondicionado apagado para aclimatarse a las altas temperaturas del lugar.
La primera vez que viajamos con mi familia en
vehículo desde Punta Arenas a Puerto Madryn, como era pleno verano y nuestro
auto no tenía aire acondicionado, un amigo periodista, Edmundo Rosinelli, nos
sugirió que para soportar el incesante calor de la pampa argentina, insoportable
para magallánicos poco acostumbrados a las altas temperaturas, durante los casi
mil quinientos kilómetros de la ruta 3 nos fuéramos poniendo en la cabeza cubos
de hielo que se derretían y las gotas escurrían refrescantes por nuestra frente
y cuello alcanzando hasta el punto más recóndito de nuestras espaldas.
Al retornar a Punta Arenas de mis vacaciones, lo
primero que hice fue llamar a Rosinelli agradeciéndole su consejo, porque "¡Ché! Berizzo,
creéme que sí resulta"
Comentarios
Publicar un comentario