En este aniversario del Día internacional de la Mujer conviene recordar que uno de los primeros chistes, es un chiste feminista registrado en el Génesis.
El periodista Inglés Paul Johnson en sus columnas “El sexo como hazmerreir”, “La caterva feminista”, así como en la introducción del libro “Humoristas”, dice que el primer registro escrito histórico que se tiene de la risa está en la Biblia, Sara de 90 años de edad, escucha que tendría un hijo con su esposo Abraham que tenía cerca de 100 años.
“Sara, esposa de Abraham, ríe cínicamente cuando oye que los hombres -Dios, su esposo, dos ángeles de aire masculino- comentan sus planes para que ella tenga un hijo: "Rióse, pues, Sarah entre sí, diciendo: «¿Después de haber envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?»"
Corrobora lo anterior el, también inglés, Terry Eagleton en el capítulo Incongruencias de su libro Humor “ En el Génesis, Abraham se cae de cara y se ríe, cuando Dios le dice que, pese a su avanzada edad, va a tener un hijo (…) A la anciana mujer de Abraham, Sara, también le resulta divertida la perspectiva de su embarazo geriátrico”, escribe Eagleton.
Si Fabricio Copano, se atreviera a incorporar en su rutina el chiste de Abraham y Sara, y lo contara en el multitudinario acto del 8 M se escucharían más carcajadas que en la Quinta Vergara.
Lo paradójico es que el chiste resultó cierto, ya que, como me advierte Joaquín García Huidobro "de ahí venimos casi todos: unos por la sangre, otros por la fe, y otros por ambas".
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