En su edición del domingo 4, sección Nacional, página C6, El Mercurio publica “ 'Lobazo', el nuevo delito que tensiona a Valdivia y tiene impunidad garantizada”, nota informativa sobre lobos marinos que atacan puestos de pescados de los feriantes del mercado fluvial.
Lo anterior para un lector obsesivo con las fakes news le puede resultar tendencioso de parte del diario, con el fin de atemorizar a la comunidad y dar la sensación de impunidad ante el delito.
Y podría tener razón,
ya que no obstante es real el temor que sufren los feriantes de Valdivia que pierden
productos y ponen en riesgo su integridad física ante el ataque de los lobos, catalogarlo
como delito puede ser exagerado.
Ello porque los delitos
los cometen las personas, y cuando un animal domesticado ataca, se juzga al
dueño de la bestia.
Pero los lobos marinos
del mercado fluvial son salvajes, a no ser que se pruebe que hay un secreto autor
mediato que maneja la voluntad de las bestias y las lleva a delinquir.
Si los lobos delinquieran
se les debe juzgar conforme al sistema procesal penal vigente, reconocerle derechos
como todo imputado, guardar silencio, contar con un defensor y entender el
porqué está siendo juzgado, para lo cual habría que contratar algún intérprete
del Buin Zoo.
Su defensor podría optar
por un alegato animalista, un estado de necesidad exculpante ya que la conducta
de los lobos fue producto de la devastación del recurso marino que realiza la pesca industrial y, en caso de haber delito,
sería un hurto famélico.
De ser condenados, abolida
la pena capital, la sanción sería
prohibirles acercarse al mercado fluvial o, en el peor de los escenarios, encerrados
en un zoológico cercano.
Pero como en el derecho penal rige el principio de nullum crimen nulla poena, sine lege (no puede haber pena sin delito) y nuestra legislación penal no contempla el delito de “lobazo”, no se les podrá juzgar. Si a futuro lo incorpora, a esos lobos de la nota, por ese hecho en particular, los beneficiará el principio de irretroactividad de la ley penal.
Pueden, entonces,
los lobos querellarse contra El Mercurio, por injurias y calumnias con abuso de
publicidad, como una rectificación en el diario no bastaría para reparar el
honor y el daño moral, una tonelada de pescado sería lo más justo.
Solo hasta hace 200 años en Europa y algunos paises de América se llevaba al banquillo de los acusados a ratas, asnos, bueyes, monos, caballos y perros, solo por nombrar algunas especies.
Cuando se implementaba la reforma procesal penal en nuestro país, para dar a conocer el nuevo sistema en los colegios se simulaba un juicio donde se juzgaba al lobo feroz del cuento de la Caperucita Roja, ninguno de los presentes pensaba que tal caricaturización era real.
No ser claro en la divulgación
de los conceptos jurídicos al momento de informar fomenta las noticias falsas.
Lo del delito de “lobazo”, bien puede ser analizado en el polígrafo mercurial y revisar
si, en este caso, se mintió o no.
Jaja, saludos desde el mercado de Valdivia
ResponderEliminar