Prueba que la pandemia ya no asusta es que se abrió la temporada
de pesca y los fines de semana los pescadores de hombres vuelven a tirar lienza
en las calles, en medio de la competencia no dudarán golpear las puertas de
nuestras casas, las piezas más preciadas serán los indecisos, hay que pescarlos
antes que lo hagan otros.
El manual del buen pescador
dice que una vez capturada la conciencia se debe dejar una marca indeleble,
como chapita de censo, en la ventana o frontis de la puerta de su vivienda, más
que con el fin de contar, o por resabio totalizador, lo es de desalentar al
competidor: “En esta casa somos del apruebo-o bien del rechazo- si usted no
comparte mi voto evite golpear, no vaya a ser cosa que me convenza”.
Carlos Monsiváis, en su
crónica “La intolerancia religiosa. Si no compartes mi fe te rompo la
madre”, describió las dificultades, peligros y discriminación por profesar la
fe protestante en el México católico. Monsiváis, que era protestante,
señala: "Los letreros expulsan de antemano: “En esta casa somos católicos
y no aceptamos propaganda protestante"
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