Acabo de leer unas poéticas
declaraciones del Presidente Boric que hablan del poeta frustrado que es.
El Presidente es asiduo lector del
larismo de Jorge Teillier, y como todo amante de dicha corriente poética
añoraría, si no lo hizo ya, recorrer esos bohemios y oscuros clandestinos donde
deambulaba el poeta y amanecer en la brumosa y gris estación ferroviaria de
Lautaro, todo lo cual hoy se le torna muy complicado por lo dificultoso que es
llegar al Wallmapu.
Porque, a diferencia de lo que algunos
piensen, el Presidente no es seguidor del dadaísmo ni menos del simbolismo de
Lautremont, que resulta difícil de entender. Lo acaba de mostrar.
Estrujando su vena poética ha
dicho “no espero un príncipe azul de la convención constitucional, no va ser
el reflejo ante el espejo de todos mis deseos”, asocie esas declaraciones a la
extinción del CAE, que será primero para los que estén más avanzados en sus pagos;
el anuncio de más carabineros que se dice habrá en las calles; el
estado intermedio en la Araucanía para que las fuerzas armadas vuelvan a
resguardar los caminos y viene a la memoria un título fílmico a la altura del Presidente:
“Nunca te prometí un jardín de rosas”.
Pero no. El presidente debiera dejar
aflorar más su talento político, que de aquello tiene de sobra, guardar la
poesía para sus momentos más íntimos y recordar que Teillier fue un poeta
triste, atormentado y solitario.
Comentarios
Publicar un comentario