Un convencional chileno se duchaba mientras votaba telemáticamente artículos para la Carta Fundamental.
Dicha actitud, fue criticada,
aunque el convencional no hizo más que optimizar tiempo, vital elemento y votación
constitucional, porque si algunos de sus colegas realizaron sahumerios para
sanear la Convención, él junto con su aseo diario individual aprovechó de cuidar el agua, votar y también “limpiar” la Convención.
En el libro “Ideas en la ducha”
de Sebastián Campanario, el autor describe
técnicas para ser más creativos, está demostrado que cuando se está bajo el
chorro de agua afloran nuevas ideas y fundamentos, en el caso del
convencional su voto sería entonces creativo e informado, ahora si la votación se
extiende puede salir de la ducha blanco
y más arrugado que una pasa.
A modo de justificación el
convencional dijo “mi obligación y responsabilidad es votar sea cual sea la circunstancia”,
debemos dar gracias a zoom por su aporte al fortalecimiento de la democracia y
el proceso constitucional, porque uno presume que nuestro convencional vota
también cuando canta, come, grita, corre, llora, duerme, ama, construye, juega
y toda la multiplicidad de circunstancias y acciones que a diario realiza un ser
humano.
Incluso obrar, por cierto, en
tal caso cuando el convencional está sentado en el baño, hay que prevenirlo que
debe estar atento y con mucho cuidado, porque al momento de votar no vaya a
confundir la mano que tiene el celular con la que tiene papel higiénico, si
ello ocurre el voto le puede salir manchado y corre riesgo de ser anulado
Ahora bien, si el celular se le
cae y logra recogerlo su voto puede quedar mojado, es más grave el caso en que
esté tan imbuido del debate que el celular se le caiga y el convencional,
instintivamente, tire la cadena, porque puede perder su móvil y ver cómo no solo su voto sino también la Convención y la Carta Fundamental,
las tiró por la taza del wáter.
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