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La Araucanía vaciada

En la península ibérica se habla de la España vaciada para referirse a esos pueblos rurales que fueron quedando solitarios y con una población envejecida luego que los jóvenes emigraran a los grandes centros urbanos en busca de mejores expectativas de vida. 

En el siglo XX, se produjo en la Araucanía un éxodo de mapuches desde sus comunidades a las grandes capitales regionales para apartarse de lo rural y en búsqueda de los beneficios de la vida urbana, ya sea educación o trabajo, surge entonces el estereotipo del mapuche panadero o nana. Temuco, Concepción y, especialmente, Santiago fueron las ciudades preferidas, formando nuevas familias con un lazo, más que cultural, sentimental y familiar hacia sus comunidades de origen.  

Con la Ley Indígena de Patricio Aylwin despertó en esos citadinos un auto reconocimiento hacia lo mapuche que antes, ya sea por temor o vergüenza, negaban y comienza a hablarse del “mapuche urbano”.

Según el último censo en la Araucanía cerca de un 35% del total de la población regional se declara perteneciente al pueblo mapuche, aunque en cantidad los más de 600 mil mapuches que viven en la Región Metropolitana son casi el doble de los más de 300 mil que viven en La Araucanía.  

Si la España vaciada por lo general se inclina a votar por los partidos de derecha, como igual cosa ocurre en la Araucanía donde es fuerte RN, UDI, Republicanos y Evopoli, no sería sorpresa que en el espacio geográfico natural de los mapuches (Wallmapu o Pueblo Nación Mapuche, para algunos) se opte por rechazar una constitución que consagra la plurinacionalidad. 

De suceder aquello se producirá una desconexión entre el discurso indigenista de los mapuches urbanos del centro capitalino y del paternalismo de Pío Nono, con los mapuches de esa Araucanía vaciada que, con o sin plurinacionalidad, seguirán sumidos en la pobreza rural. 


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