Una de las cosas que evito es volar, en aparatos claro, con el tiempo me vuelvo cada día más terrenal, tanto es así que a mis cercanos tengo advertido que si el día de mi muerte se les ocurre despedirme con un "vuela alto", lo más seguro es que no descansaré en paz.
No es que le tenga fobia a los aviones,
pero trato de evitarlos, en el trayecto desde y hacia Punta Arenas siempre hay
turbulencias, ni que decir del despegue y aterrizaje, más que encomendarme a los
santos, lo hago a la pericia del piloto.
Por ello encontré poco apropiada la
analogía del avión que despega y enfrenta turbulencias que utilizara el
Presidente, Boric, en la reunión de gabinete del fin de semana para graficar su
primer mes de gobierno; porque el presidente es magallánico sabe que, en tales
condiciones, uno siempre espera que le toque el piloto con muchas horas de
vuelo.
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