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Mostrando entradas de febrero, 2022

Los locos años 20

  La existencia humana es para nada fácil, bien lo sabemos los chilenos que a fines del 2019 vivimos un pandemonio, mucho ruido, estallido y confusión, se auguró, entonces, la destrucción del país. Luego vino la pandemia el 2020 y nos pronosticaron hasta el fin de la humanidad; el año 2022, con la invasión de Rusia a Ucrania y la amenaza de una guerra nuclear, nos predicen la destrucción del planeta de la que no se salvarán ni los testigos de Jehová. La historia caracterizará esta época como los nuevos Lo cos años 20 , donde en lugar de ser felices y despilfarrar, terminar loco o demente era de lo más normal, eso siempre y cuando quede alguien para contarlo, los fatalistas nos acotarán.  

Silencio yagán

Caerá un ocaso en el tercer milenio. Caerá en el fin del mundo. Caerá la noche infinita en los pesados, cansados y ancianos ojos de Cristina Calderón. Con sus atuendos viajeros, unos cestos de junquillo, pieles de nutria, conos de foca y pieles de zorro, algunas varillas de calafate y un collar de barbas de ballena. Se encenderán 70 fogatas desde Villa Ukika, en Cabo de Hornos, anunciando su partida. Y un silencio abismal cubrirá el horizonte del cementerio insular de Bahía Mejillones. Callarán los mares. Callará el viento en los canales patagónicos australes. Callarán toninas y chungungos. Callará el Fio-fio, los petreles y los cormoranes.  Callarán nubes y tempestades. Callará el ñirre, el coigüe, el canelo. Callarán el junco, el coirón, la nieve, el sol. Témpanos y ventisqueros. Callarán cerros, montes y montañas. Callarán riscos, bahías, olas y mares. Callarán conchas, cholgas, centollas y bacalaos. Al callar alejarán los últimos vestigios de las cacofonías irrepetibles de la

Squella, Massú, Marinovic y la autocrítica

  El convencional Agustín Squella llamó a sus pares a no ser autocomplacientes y ser autocríticos con el trabajo desarrollado hasta ahora en la Convención Constitucional, dijo que pidió una jornada de reflexión de los constituyentes, pero nadie lo pescó. Quien alguna vez vio jugar al tenista Nicolás Massú recordará cómo durante los partidos solía ser muy autocrítico con su juego, llegaba a insultarse a sí mismo, ya sea que fallara un remache, su revés no pasara la red o el  saque se le iba afuera. La convencional Teresa Marinovic, fue más allá de su colega Squella y estuvo cercana a lo que hacía Massú, a los convencionales los llamó “convencionales conchasumadre ”, sin percatarse que ella, también lo es, una convencional me refiero. Cuando le preguntaron si estaba arrepentida de sus dichos, Marinovic exclamó “nunca me arrepiento de decir la verdad”, eso es tener autocrítica, tanto o más que la del “Nico”.

Pase de movilidad judicial

  No es por ser antivacuna, tengo pase de movilidad, me inoculé tres dosis pronto llegarán una cuarta, quinta, sexta y las que alcance hasta mi extinción total, pero me resulta contradictorio el auto acordado de la Corte Suprema que exige pase de movilidad para ingresar a los tribunales del país, puesto que si el objetivo del pase de movilidad es volver a ejercer las añoradas libertades pre pandemia y retomar, en parte, la normalidad, se puede suponer que en el caso del poder judicial la exigencia del pase de movilidad sería pre requisito  para un juicio presencial, lo que no se condice con la realidad, ya que, con o sin    pase de movilidad mediante, algunas salas de tribunales continúan realizando juicios de manera    remota o semipresencial, eso sí el acceso a la justicia siempre estará garantizado, los con pase de movilidad ingresarán por la puerta principal,  los otros por la ventana de zoom.    Copiando el instructivo de los supremos ¿se exigirá también pase de movilidad para a