No es por pasar de ingenuo, ni pecar de inocente, ni que los
villancicos navideños me ablandaron el alma, pero estoy convencido que sea cual
sea Presidente ni un régimen fascista se nos impondrá, ni menos que un totalitarismo estalinista nos
arrasará.
Según veo, tanto Kast como Boric, tienen el fondo buenas
intenciones, no creo que el viaje de Kast
a Estados Unidos fuera para visitar Langley, en Virginia y reunirse en secreto
con Saúl Berenson, el viejo espía de la CIA de la serie Homeland con el fin de poner un límite de 1000 días en caso de un
gobierno de Boric; pero tampoco creo que Boric se comunique por twitter encriptados
con los Jennings, ese falso matrimonio yanki que en realidad eran espías de la
KGB de la serie The Americans, para infiltrarlos
en Chile y desestabilizar un eventual gobierno de Kast.
Cuando señalan “Creo
poder llevar adelante un gobierno en paz" como aseguró Kast o "soy
quien da más garantías de ofrecer estabilidad para poder crecer", como retrucó
Boric, uno debiera, entonces, creerles, porque no es que nos estén engañando, solo actuando con “dolo
bueno”, como me explica el abogado Jaime Obando, exagerar las bondades de su
producto para vender mejor su mercancía y en exagerar no hay nada de malo,
prueba de ello es su uso a diario en la publicidad.
Porque nuestro país cambió,
ya no somos esa sociedad juzgadora e inquisitiva de antaño, la presunción de inocencia
está arraigada en la sociedad, tanto es así que un candidato demandado por
pensión alimenticia que adeuda 250 millones de pesos sacó casi un millón de
votos, imagino que para esas personas, el tipo era inocente.
Y se respaldó con fuerza a las pymes políticas. Parece que tanto cambio los chilenos no quiere ... como siempre, una análisis magistral ¡¡
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