Aunque a primera vista resulte más que irónica, temeraria la comparación que hace Francisco Covarrubias, de que Chile no estaría a pasos de convertirse en Chilezuela, sino en Chilentina, el destacado columnista de El Mercurio, no deja de tener razón.
Lo anterior porque el Frente Amplio, más que con el kirchnerismo propiamente
tal, por cercanía etaria se asemeja a La
Cámpora, el frente juvenil creado por Máximo Kirchner, para encantar a los
jóvenes argentinos con la épica inventada por sus padres, Néstor y Cristina, para
actualizar al siglo XXI el ideario populista y popular de Perón y Evita.
Con ese sincretismo cultural, producto de la extensa frontera chileno argentina, hoy más de algún diputado frenteamplista, junto con cantar “El Pueblo Unido, jamás será vencido” de Quilapayún, como ni Convergencia Social, ni el Frente Amplio aún tienen himno, de seguro puede entonar “La marcha de los muchachos peronistas” y, por supuesto, como vivimos en un mundo global digitalizado, el partisano “Bella Ciao”, aunque Italia quede más lejos.
Pero lo anterior no es nada nuevo, en los años 70 en Puerto Natales, pueblo
fronterizo con Río Turbio, Argentina, para las campañas política en ambos lados del alambre era común encontrarse con afiches de Allende y de Perón: “Perón, Perón que grande sos, mi general cuánto vales”.
Ahora, si lo llevamos al plano de los liderazgos personales, si bien Gabriel
Boric, es de la Región de Magallanes, puntarenense, patagónico y el
kirchnerismo surgió en la Provincia de
Santa Cruz, también en la Patagonia, pero argentina, más precisamente en Río Gallegos, ciudad vecina
a Punta Arenas, en caso que Boric sea Presidente, si un Pingüino santacruceño
habitó la Casa Rosada, un Pingüino magallánico lo hará en La Moneda.
Pero Boric, no es para nada parecido a Néstor Kirchner, que era larguirucho
y delgado, ni menos a Máximo, seria desmerecer al carismático líder del FA,
porque por capacidad intelectual si se rasurara la barba y dejara patillas,
su símil sería Axel Kicillof, uno de los jóvenes políticos de mejor formación
intelectual en la hermana república.
Aunque por el cariño que Boric le depara al asamblearismo barrial y la movilización social, está
más cerca de ese outsider de la política que es Juan Grabois, porque Boric, el
Che Guevara no es.
Pero, para que la comparación sea completa, por el lado de la centro derecha, muchos quisieran que Sebastián Siches sea Horacio Rodríguez Larreta, aunque para eso el
aspirante de la centro derecha debiera, no solo ganar una primaria, sino el
gobierno de ciudad o, por lo menos, de una junta de vecinos, lo cual Sichel
está todavía lejos, tanto como de ser calvo.
Pero más al extremo la cosa es diferente porque si José Antonio Kast,
presta atención a lo que sucede con Javier Milei del Partido Libertario y se
deja seducir por su discurso tendría, primero que nada, desechar esos luminosos
amarillo, rosa y celeste que suele usar, cultivar un tono más dark, desgreñarse
un tanto, dejarse el pelo largo, en lo posible teñirlo de negro azabache, vestir
con campera de cuero y con pose rockera subirse a la tarima para dar los discursos
cantando a Los Prisioneros.
Porque si de comparaciones se trata ahí está Eduardo Artes que a puro
romanticismo nostálgico revolucionario quiere emular a Roberto Santucho, ya que
MEO, como fue asesor del Presidente Alberto Fernández, no hizo sino imitar lo
que, anteriormente y con mucho éxito, realizó con el Presidente de la Nación, Néstor Kirchner, el natalino Rudy
Ulloa.
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