Si hago memoria hace un año atrás, por estas mismas fechas, te comenté que una de mis preocupaciones mundanas no era precisamente la peste, que yo ingenuo, creí que estaba en retirada, sino salir a apalear la nieve.
Hoy cambiaron, pero no porque casi nada de nieve hubo este año, sino que mi
actividad matutina diaria es sacar a pasear a Molly, una perra que en un
par de días cumplirá un año y que, por culpa de las redes sociales, mis hijas
la rescataron cuando supieron que con solo días de nacida fue encontrada en un
sitio eriazo dentro de un saco.
Extraño la nieve, hasta
preferiría apalearla, porque la perra que llegó a casa frágil y diminuta todavía con los ojos cerrados, resultó más grande de lo que esperaba, si bien es mansa, cuando se le ocurre ladrar
posee un gruñido feroz, que asustaría hasta a los tipos de la Primera Línea.
Pero no solo molesta en la mañana, también espera que llegue del trabajo tanto a la hora del almuerzo, como en la tarde, para exigirme
salir. De tanto caminar estoy ahora con estrés canino, una molestia al
pecho del esfuerzo por sujetarla y que no vaya a escapar.
No sé si algo en mi debe andar mal, el caso es que estoy compartiendo con Molly, más que con mi familia, nunca
como el personaje de Equus, eso sí, pero aunque tú te reirías hasta converso con ella,
jugamos a la pelota, se la tiró y la trae, llueve granice o truene si no la
saco se pone a ladrar y en el wasap del barrio ya lueguito empezarán a reclamar.
Si hasta le contraté
un adiestrador, pero resultó casi un fracaso, porque “Molly es muy intensa”, dijo el profesor. El caso es que ya estoy resignado, aunque nada es tan amargo, ni siquiera el
ajenjo, puedo justificar ahora que mi pretensión literaria se frustró, no por
mi flojera, mediocridad y nula creatividad, sino por culpa de una perra que no
le gustaba verme teclear,
En el ámbito mundano,
ganó Boric, tu candidato y perdió Lavín, que Jaime bromea con que era el mío, así las cosas estamos todos vacunados, contra el Covid e Influenza, por supuesto.
Disculpa lo breve,
pero Yislen fue a Natales y antes que vuelva, debo tener limpio el patio que es, por cierto, el servicio higiénico canino .
También el año pasado, en un gesto solidario, pero felino, trajimos una gatita... sus demandas son otras, incluida la caja de arena, pero igual es una tirana y exige dedicación exclusiva...
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