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"No seas como Piñera"

“Los latinoamericanos contemporáneos no se interesan por lo que discuten las élites “racionales” acerca de la política. Aburridos del viejo espectáculo, apoyan a otros espectadores como ellos para que suban al escenario llevando sus propios libretos”, “los ciudadanos comunes que no han leído a Marx ni a Keynes, y a los que no les importa la gobernabilidad, son ahora la mayoría”.

Las citas anteriores pertenecen al libro “El arte de ganar, cómo usar el ataque en campañas electorales exitosas” de los consultores políticos Jaime Duran Barba y Santiago Nieto, y viene al caso para reflejar los resultados del reciente proceso electoral chileno.

Si bien las encuestas se equivocaron minimizaron algunas listas y sobrevaloraron otras, pueden estar conformes que  en algo acertaron, el rechazo a la figura del Presidente Sebastián Piñera es casi unánime.

 “Los ciudadanos no son magistrados ni abogados, juzgan a los poderosos y casi siempre los condenan. No lo hacen tomando en cuenta criterios legales sino simplemente porque les caen mal”, explican Duran Barba y Nieto en el citado libro. Si el Presidente Piñera, para gran parte de los chilenos que lo votaron era simpático, hoy, más bien, lo deben encontrar un tipo antipático.

Como imagen y credibilidad de los políticos son decisivas para evaluar los efectos del ataque -según asegura Duran Barba en su libro- varios candidatos centraron su ataque en personificar en la figura del actual gobernante la suma de todos los males que aquejan a la sociedad chilena. Así, más que reiterar que se debe acabar con el modelo neoliberal, término academicista y abstracto que nadie puede definir con claridad, más simple era aprovecharse del resentimiento social que dejó el llamado estallido social, la actual pandemia y ponerle un rostro al mal.

Un caso paradigmático es la campaña de Karina Oliva, candidata del Frente Amplio a gobernadora regional metropolitana que, contra todo pronóstico, pasó a segunda vuelta, si hay una frase que caracteriza su campaña esta es “No seas como Piñera”, esa voz aguda en off que nos recordaba en la radio todas las mañanas, antes, entremedio y después que Karina Oliva hablaba. Y vaya que surtió efecto, parece que nadie, en su sano juicio, quisiera ser como el actual gobernante.

Ni siquiera en su propio sector, prueba de ello es que posterior a los resultados Rodolfo Carter, alcalde de La Florida, uno de los que logró la reelección, tras asumir esta semana como vocero de la campaña presidencial de Joaquín Lavin, le sugirió al gobernante quedarse callado y el “No seas como Piñera” le debe, no solo susurrar a diario, sino quizás hasta lo programó como ring tone, en el celular de Lavin para recordarle lo que tiene que hacer si acaso pretende ganar la presidencial.

El mismo recurso de individualizar el sistema  neoliberal se vio en la franja electoral de la Lista del Pueblo, en la dramatización de un juicio oral y público contra el sistema, un locuaz fiscal alegaba en estrado y culpaba al sistema de las pésimas condiciones en que está el país y por las violaciones a los derechos humanos, por cierto, el acusado, si bien era el sistema, estaba caricaturizado con los rasgos físicos del actual mandatario, fue condenado y su defensor no dijo ni pío, tal cual ocurrió con sus partidarios en la realidad.

Sketch, memes y sticker demostraron ser más movilizadores que las ideas, aunque quizás lo son en un estado primitivo y puro, el gran desafío creativo que tiene ahora la izquierda es cómo traducir los cuadernos de Marta Harnecker a emoticones tan de uso masivo hoy en día.


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