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La estatua de la primera línea

 El Consejo de Monumentos Nacionales anunció que por daños a las patas del caballo se retirará la escultura ecuestre del general Baquedano, considerando que en la jerga hípica cuando se trizan las patas de un equino lo mejor es sacrificarlo para evitar una estrepitosa caída del jinete.

Si bien el retiro del monumento de su lugar de origen puede considerarse un triunfo simbólico de los grupos que, continuamente, lo vandalizaron, es un tanto pírrico, por cierto, ya que los privará de voltear ellos mismos la imagen, porque esta se retirará con el respeto y cuidado que corresponde y por un ente gubernamental, no como se derrumbaron en otros países las estatuas de Stalin y Hussein.  

Pero, también, porque dejará un espacio vacío no solo en el tradicional lugar de la capital, sino, también, en el alma vandálica que ya no tendrá un significante hacia donde descargar la irracional furia desatada, ni menos donde izar la bandera chilena cuando se gane la Copa Mundial, pero esto, no es tan importante, porque, estamos claros, que ello, nunca ocurrirá.  

La pregunta necesaria es qué instalar ahora allí ¿una estatua del “Perro matapacos”? todos aman a los animales, pero los animalistas denunciarán atentatorio contra los derechos de los animales subirse al lomo del monumento canino para protestar.

Un reloj de cogollos de marihuana, pudieran proponer los que abogan por legalizar la cannabis, pero el reloj duraría poco, a lo más 5 segundos. Un tacho de basura para ir a botar sostenes, como símbolo de liberación de la opresión machista, podrían exigir ciertos grupos feministas, pero con lo multitudinarias que son las marchas del 8 de Marzo, no habría tacho que diera abasto.

Una Llama de la Dignidad, quizás es lo indicado, aunque sería emular la de la libertad de Pinochet, solo caldearía los ánimos, además no faltarán los que en medio de la protesta la usen para hacer parrillada.

Si bien todas estas propuestas son válidas, lo más representativo es, tal vez, una estatua de Los Primera Línea, lo cual contaría con los votos del Congreso, ya que incluso en el hemiciclo los homenajearon.

Dicho monumento sería futurista y representativo de toda una generación, con la debida precaución que el escultor no se pase de listo y, así como antaño ocurrió con el monumento a Caupolicán en el Cerro Santa Lucía, que en realidad era la imagen de un indígena piel roja norteamericano; en lugar de reproducir a los chicos de la primera línea, el bronce sea una copia de los marines alzando la bandera de USA en Iwo Jima.

En cuanto al estilo, nada de arte abstracto, sino eminentemente figurativo, para que sea entendido por todos, pero no con estilo neoclásico, sino, más bien, con predominio de líneas del realismo socialista, se verá así muy vanguardista, aunque un observador detallista la encontrará un tanto surrealista.

Ahora, si cien años más se reclama de manera presentista e individualista que la figura no los representa, qué problema hay, nada más la sacamos, tal vez, entonces pudieran reinstalar la de Baquedano.

Comentarios

  1. Absolutamente de acuerdo. hagas lo que hagas no dejaras contento a nadie. Pero lo mas importante es que expone el poco respeto a las tradiciones y la historia.

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  2. Yo instalaria un monumento hecho por Mon Laferte para
    encarnar estos nuevos tiempos. Saludos.

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