Ir al contenido principal

La fantasía del hombre común

Como a la gran mayoría de mis compatriotas, me pasó por la mente eso de querer ser candidato a constituyente, pero, como ocurre a menudo que la realidad suele despertarme a porrazos de mis fantasías, acabo de darme cuenta que, aunque en principio creí reunir las condiciones, no podré postularme, porque no soy rector, tampoco académico, aunque en casa reprochen que me doy ínfulas de diccionario parlante; además, carezco de trayectoria política y padezco el mal del periodista, conozco por los diarios de varias cosas, pero experto en ninguna.

No soy empresario ni pequeño emprendedor, tengo poca constancia y menos empeño, todo lo que emprendo me aburre luego y lo dejo botado.

Tampoco soy deportista, aunque camino un par de pasos más que para disfrutar la actividad física y cultivar el cuerpo, lo hago obligado por prescripcion sanitaria para bajar la panza.

De estetoscopio o telescopio nada, porque no soy médico, solo usé delantal blanco cuando fui portero de un hospital y, si bien soy volado por naturaleza, no es lo mismo que ser astrónomo, que sabe descifrar los enigmas del universo sus constelaciones, nebulosas y estrellas.

Menos escritor, apenas garabateo mi nombre, tengo pésima ortografia y ni que decir de la gramática y la caligrafia, a lo más me alcanza para ser uno de esos tipos que van por la vida de cuenteros y charlatanes. Por cierto, que también soy negado para la música, no tocó el timbre, porque desafino, prefiero gritar: "¡Hola, hay alguien allí!".

No podría ser rostro de televisión, soy poco telegénico, me miro al espejo y me doy miedo. Actor tampoco, aunque me paso puro fingiendo que esto de la cuarentena me tiene tan mal que me impide levantarme del sillón para ayudar en casa a barrer, cocinar o planchar.

Ni pertenezco a partidos, organizaciones o agrupaciones, me reconozco un ser antisocial, pero ni siquiera mi independencia es total, porque privilegio siempre mis oscuros y egoístas intereses.

"¡Ay! mísero de mí, ¡ay! infelice”, qué culpa tiene uno ser tan común y corriente para sufrir una desilusión así.


Comentarios