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La política y el bisturí

La senadora Carolina Goic, anunció que, por consecuencia política, no se postulará para un nuevo periodo en el cargo, siendo  promotora de la ley que impide la reelección por más de dos periodos, si bien el actual es su primero en el senado, estuvo dos como diputada por lo que con un segundo periodo de senadora sumaria 24 años de parlamentaria, lo que no se veía bien en la comunidad magallánica.

Ya sea que primó más su convicción o que fue una renuncia obligada por un mal cálculo político, lo cierto es que a la Senadora Goic, no le quedó otra que inmolarse.

Como la peste trajo nuevos actores vestidos de blanco a la agenda mediática, los galenos de tanto salir en los diarios, radios la tele y las redes sociales, se han vuelto más conocidos que los antiguos médicos del pueblo, son los presidentes de las asociaciones regionales del Colegio Médico (Colmed) los que llevan la delantera.

La senadora Goic, que está al tanto de aquello, dijo que esperaba que su camarada  presidente del Colmed regional sea su sucesor, este último, de especialidad urólogo, agradeció el gesto pero le respondió que no, por ahora, lo dejaría, dijo, para cuando “cuelgue el bisturí”, o sea cuando se jubile que espera sea varios años más, junto con reconocer no sentirse preparado para ser parlamentario.

Y el doctor tiene razón, porque la política exige sacrificios, dedicarse a tiempo completo, no es un pasatiempo, sino una vocación, lo supo Allende, Guevara y Bachelet si alguno de ellos hubiera postergado su entrada a la política para cuando se jubilara, el poster del Che sería de un barbudo canoso, el golpe del 73 a lo mejor hubiera sido el 93 y el primer gobierno de Bachelet todavía no lo habríamos vivido.

Porque debe ser muy difícil conciliar el ejercicio de la medicina con la labor parlamentaria, el delantal blanco sirve mucho para sacar votos, pero por decoro uno no puede andar extendiendo licencias médicas a los colegas de bancada para excusarlos de ir a votar. El caso de Guido Girardi debe ser paradigmático, creo que ni él recuerda cuándo extendió la última receta médica.

Más ahora que se rebajó la dieta parlamentaria, por mucha vocación de servicio público que se tenga uno debe entrar a sumar y restar qué tan rentable es dejar de lado por 4 u 8 años la prestigiosa profesión.

Es posible que cuando presidente del Colmed magallánico se jubile la pandemia haya cesado y sea tarde para postularse al senado, pero podrá dedicarse a la música, otra de sus pasiones, si bien colgará el bisturí, puede recoger la batuta para dirigir el coro de la catedral y con el eco espiritual recordar esa infinidad de próstatas inflamadas que extirpó o las muchas vasectomías que practicó.


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