En ocasiones la fuerza de los
acontecimientos es de tal magnitud que produce efectos inesperados, sucedió con
la multitud agolpada en el muro de Berlín, que acabó con lo que hasta entonces
era impensado, que el muro del oprobio fuera derrumbado.
Sucedió, también en Chile el 18 de
octubre pasado, la magnitud de la crisis social terminó con un acuerdo
plebiscitario para cambiar la Constitución, siendo que era el cambio al
sistema de pensiones lo primero que se demandaba.
Este domingo se cumple un año de las masivas movilizaciones, centenares de personas se aglutinaron en torno al Monumento del General Baquedano, como las medidas sanitarias para impedir el contagio de Covid 19 piden usar mascarilla y procurar el distanciamiento social, a mayor cantidad de gente el espacio de la Plaza Italia se reduce, se corre el riesgo no solo de contagiarse, sino de sentirse más apretado que lata de sardina.
Pero tal acontecimiento puede provocar un cambio
brutal, no que se postergue el plebiscito ni que renuncie el Presidente Piñera,
sino que como en Plaza Italia se permite que la gente grite y cante apretujada,
no tendría mayor sentido que el Ministerio de Salud obligue a los equipos de
fútbol a jugar sin público en los estadios.
Pero la Pandemia también trajo otras
modificaciones, por ejemplo en el habla cotidiana, a nadie se le ocurre
hoy decir que el principal problema económico para el desarrollo económico del
país es la poca productividad del trabajador chileno; menos exigir la
modernización del aparato del Estado, porque los funcionarios públicos, casi en su mayoría, están en sus casas en modalidad trabajo a distancia, ese ultramoderno laburo telemático, al igual que la reducción
natural del horario laboral, con esto de toque de queda y cuarentena son ya una
realidad
También se transforma nuestra lengua y
el español, que es ya la segunda lengua más hablada del planeta, va incorporando
en el uso cotidiano nuevos extranjerismos que, a veces, pueden rozar con el
esnobismo. Así, por ejemplo, si un seminario será on line, algunos, por
aparecer sofisticados, se referirán a este como webinar, cuando escucho o veo
escrita esa palabra, me provoca una confusión garrafal, porque la
primera impresión que tengo es que o me están tomando el pelo o invitando a rebobinar.
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