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Figuraciones mías

Un párrafo del libro “Ágil mente” del biólogo argentino Estanislao Bachrach,  relata una anécdota de Pablo Picasso: "una frase muy famosa de Pablo Picasso surgió durante el encuentro con un desconocido que estaba observando la exhibición de sus cuadros en un museo de París. Este hombre se le acerca y le dice: ‘¿Por qué usted no pinta a las personas de la manera en que se ven?’ Y el pintor le preguntó: ‘¿Y de qué manera se ven?’ En eso el desconocido sacó de su billetera la foto de su esposa y se la mostró. Picasso la miró y dijo: ‘Es increíblemente pequeña, ¿no es cierto?...y chata’. Por cierto, se refería a la foto y no a la mujer. Tenemos que aceptar que lo que parece real para nosotros está influido por nuestras propias percepciones.” (Ágil mente página 182) 

No es que se nos quiera hacer pasar gato por liebre, pero solemos caer en la trampa del artista ya sea pintor, escultor, escritor, fotógrafo o cineasta que, en su libertad creativa, nos hace confundir la obra en sí misma con la realidad, no sucede lo mismo con los poetas porque es común que frente a la lírica el lector de antemano le reconozca un carácter de irrealidad. 


La confusión surge con fuerza en la narrativa y las artes figurativas, peor aún si confundimos los géneros y algo que es ficción, lo catalogamos de histórico documental -aunque de hecho toda historia tenga, también, mucho de irreal y, más aún, de subjetividad- en ese instante la obra artística pasará de representación a copia fiel de una realidad, aunque sólo sean figuraciones  mías. 



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