En medio de la
pandemia, el instructivo presidencial para el retorno gradual de los empleados
públicos a sus funciones puede sonar a una medida inoportuna y un tanto
apresurada, más ahora que recién uno se estaba adaptando al trastorno de
trabajar en casa y la pantalla Zoom y Cisco webex, hasta se estaba encontrado
amigable, luego de semanas de confundirla con la tele y creer que de
repente podía aparecer la Tonka.
Por lo que volver,
así de improviso, puede ser peor que la enfermedad; producir
no solo confusión, sino una depresión colectiva
nacional, ya que recorrer el camino del trabajo a casa
puede angustiar.
Porque trabajar desde el hogar a todos ha costado,
hasta a los profesores, que si bien parte la pega del maestro se
desarrolla en la casa, preparar clases, corregir pruebas y planificar, ahora
de manera virtual tienen a 45 alumnos en el living, dormitorio o cocina del
hogar y, en muchos casos, su casa tiene menos metros cuadrados que el aula escolar.
Como hasta el año 2022 se anuncia
deberán continuar medidas sanitarias y distanciamiento social, el mundo del
futbol también se adaptará, se jugará sin público, no será necesario anunciar el
borderó a minutos del pitazo final. Los canticos de barras bravas
serán trolleos al hincha contrario por redes sociales, con riesgo de caer en
ciber bulling.
Los partidos serán reales, no por PS4, porque como el futbol es
un juego de verdad, en la disposición de los jugadores en el campo de juego se
notará un cambio fundamental, no se privilegiará un estilo guardiolista,
ni jogo bonito, ni fútbol total, tampoco bilardista o bielsista, ni atlético alemán o catennacio italiano; sino que se volverá a lo clásico,
como cancha de taca-taca o metegol, ningún jugador tendrá contacto
físico ni con su compañero o el contrario, así los
interceptadores de pelota, tipo Charles Aránguiz, serán muy
cotizados.
Por cierto que a todos asusta volver al trabajo, más aún si de golpe y porrazo nos cambiaron las reglas del juego,
ni qué decir cómo estarán quienes estuvieron presos y para protegerlos del
Covid-19 los indultaron.
Para varios, entonces, el oficio del ministerio del
Interior es de tal crueldad que parlamentarios ya podrían redactar una acusación
constitucional.
Si hasta esos amistosos compañeros de trabajo
que durante cuarentena se esmeraron por enviar mensajes a sus
compañeros confesando cuánto los extrañan y, uno pudiera suponer que, para no
prodigar un falso cariño laboral, tras el anuncio del Presidente sean los
primeros en acatar y estar temprano frente al reloj control para marcar; por el
contrario, también denuncian irresponsabilidad gubernamental.
Pero, algún día habrá
que volver, ¿digo yo?, cuándo volver, no está para nada claro, podría
decirse cuando haya un solo contagiado diario, pero aquello puede significar
nunca; porque como dicen los expertos, de aquí en más, tendremos que aprender a convivir con el
Covid-19, al igual que con sus primos de la misma calaña.
La oposición, que en
esta pandemia daba palos de ciego tiene ahora su nuevo caballito de
batalla para llamar a masivas marchas, pero como en medio de la pandemia se
deberá actuar con responsabilidad y contribuir al distanciamiento
social, esta vez las marchas y paros contra el impopular instructivo
presidencial serán on line.
Pero de ahí a
hiperbolizar la medida como canalla, inhumana o criminal, no
contribuye en nada; aunque moleste un poco que sea
discriminatoria y excluya de volver al trabajo a los
muchachitos de 70 años, porque ¿en qué país vivimos que chicos setenteros
todavía no se puedan jubilar?
La vida de todos se trastoca, y no termina de hacerlo, cuando nos dicen 'hay que volver'. ¡Yo sólo le pido a diosito que la vuelta no sea con el contagio al alza! Mire que es tan corto volver y tan largo el martirio ¡Virgen santísima ilumina a nuestro Señor!
ResponderEliminarExtrañé en el escrito una referencia a la "nueva normalidad". Una historia tan como la película, La Vida Es Bella.
Piñera, se reinventa en medio del horror y presenta las reglas de una nueva situación que encripta al enemigo cruel, poderoso e implacable, en juego para niños. Pero nosotros, el pueblo llano, no somos el niño de la peli que creyó ganar un viaje en el portentoso tanque aliado, somos en vez, los judíos impávidos, que aceptan caminar hacia la cámara de gas en la que se ha convertido la calle, "la viva floresta donde cada instante podía arrojarse sobre mí como una magnolia" ¿candidez o patraña? ¡That is the questions!
Lo que a veces olvidamos en toda esta voragines de contar muertos es que es necesario que tarde o temprano todos nos contiagemos de manera de ir aprendiendo a convivir con este nuevo virus , asi com convivimos con el denge, malaria, ebola, hepatitis, alfombrilla etc , tan letales en su tiempo, pero que hoy dia estamos inmunes a el. La idea es que no nos contajiemos al mismo tiempo porque en ese caso no hay sistema de salud que aguante.
ResponderEliminarDe pronto un virus nos envió a nuestros nichos y parecemos muertos dándonos vueltas por los rincones de casa, porque vinimos al mundo para vivir en sociedad, si no estamos muertos. Las RRSS son un alivio. ¿Se imaginan sin ellas? No podríamos ir al buzón a dejar una carta, por lo demás nadie las recogería para llevarlas a destino y menos del otro lado alguien las abriría, más aún con tanto pánico con virus y otros paquetes sospechosos. Y no falta el tarado que quiere volver al trabajo y el más tarado que lo quiere hacer volver, mientras vamos a enrentar el peak de contagios. Dios los salve.
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