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Las dos Juanitas

En la columna “La señora Juanita va a rechazar”, publicada en el diario El Mercurio de Santiago, el miércoles 6 de febrero, el ex ministro de Educación Gerardo Varela, explica las razones, por las que, a su juicio, el prototipo virtual de la mujer chilena votará rechazo en el Plebiscito por una nueva Constitución el 26 de abril del presente año.   
Nadie duda que el ex ministro Varela, sea un hombre de fe y con buenas intenciones, ya sea por creer que con bingos se arreglarían establecimientos educacionales públicos, como también, contra todo pronóstico, sostener que la señora Juanita y muchas más, votarán rechazo.
Pero el ex ministro Varela olvida algo fundamental, no solo que los resultados de todas las encuestas dan amplia mayoría a la opción apruebo, sino que, si hay alguien en este país que conoce a la señora Juanita, esa persona es Joaquín Lavín, de hecho, fue él quien la sacó del anonimato, la llevó al discurso político e instaló su imagen en referente del sentido común y de la opinión pública chilena; aunque se  piensa que el primero fue Ricardo Lagos, lo cierto es que fue Lavín el que del concepto mejor aprovechó, tanto que en el imaginario popular la señora Juanita se asocia hoy más a Lavín que al ex mandatario.
Tal vez contribuya el hecho de que en la campaña presidencial del año 1999 Lavín haya tomado once con una “Juanita” de carne y hueso que incluso le regaló una copia de las llaves de su modesta vivienda para que el candidato volviera cuando él quisiera, a sabiendas que un caballero como Lavín nunca  llegaría de improviso o de madrugada, lo cual, marketing político mediante, resultó más efectista que la referencia virtual que de la señora Juanita hizo Lagos durante su gobierno.
Porque lo que en Lavín sonaba sencillo y sincero, en Lagos se escuchaba extraño, el expresidente nunca pudo evitar ese tonito academicista como de estar hablando frente al Foro de Davos; a diferencia de Lavín de quien se cuenta- o tal vez inventa- que en su época de estudiante de Economía condujo un programa de radio que entre tandas y tandas de música ranchera y romántica, enseñaba a las dueñas de casa cómo hacer rendir las chauchas; a lo mejor así descubrió que tenía un don de gentes, una natural llegada con el mundo popular, que varios quisieran imitar.
Conviene recordar, entonces, que hoy Lavín se manifiesta por el apruebo, incluso está dispuesto a realizar campaña por ello y, dada la cercanía y familiaridad que tiene el alcalde de Las Condes con Juanita, conoce más que nadie como votará ella; como es casi su asesora política, no tiene nada de raro pensar, entonces, que fue ella quien le aconsejara votar apruebo.
Ello a no ser que, así como en su momento se habló de las dos almas de la Concertación, en el país existan hoy dos juanitas, lo que, o bien es producto de lo polarizado que está el ambiente o porque Juanita tiene una gemela.




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