Una de las imágenes
más elocuentes del despertar de la conciencia humana la entrega Vicente
Huidobro en su poema Adán: “Y Adán, como el que despierta de un gran sueño. Atónito miraba el universo”, escribe en uno de sus versos.
Estudiantes secundarios
conscientes de la crisis social por la que atraviesa el país, anunciaron su rechazo a rendir la Prueba de Selección Universitaria
(PSU), dado que según ellos no están en condiciones emocionales y afectivas
para rendirla por la cantidad de compañeros heridos durante las protestas, además
de ser una prueba selectiva, discriminadora y provoca un fuerte estrés.
Pero el argumento,
entendible por cierto, puede ser utilizado por quienes, lisa y llanamente no
quieran ser evaluados, ni poner un poco de esfuerzo en el estudio para ingresar
a la universidad. Similar argumento utiliza el adicto, que brega por la legalización
de la droga con el disfraz de medicamento para todos los males, incluido el mal
de ojo.
No son nuevas las críticas a la PSU, aunque también se cuestionan las tareas para la casa, porque se busca que el niño y el joven sea feliz, que nada le preocupe o fatigue, con asistir a clases y decir presente, más que suficiente.
No son nuevas las críticas a la PSU, aunque también se cuestionan las tareas para la casa, porque se busca que el niño y el joven sea feliz, que nada le preocupe o fatigue, con asistir a clases y decir presente, más que suficiente.
Nada de exámenes
estandarizados, nada de Simce, menos la PSU,
porque esta última como agente estresor esta comprobado que es de lo peor. Lo ideal es que el joven
transite por la vida relajado, que su mayor inquietud sea jugar play, después
de todo Chile es la Copia Feliz del Edén.
Pero ocurre que la
sicología enseña que un nivel de estrés es productivo, tranquilo nervioso es un
tanto apropiado. De lo contrario que lo diga Adán, que como vivía en el paraíso sosegado, se relajó tanto, que nada lo inquietaba, no estuvo alerta y no le
importó comer la fruta del árbol prohibido, por lo cual fue expulsado del
paraíso.
Y ocurrió que el relajo de Adán fue paradójico, porque obligó a
sus descendientes a vivir estresados, escapar de las fieras para salvar el
pellejo, a ser creativos para sobrevivir en la tierra, que el ser humano
evolucionara, surgieran las civilizaciones y que hoy en Chile los chicos y chicas deban estresarse con la temida prueba.
Pensar que con un
poquito de estrés en Adán, el primer hombre hubiese estado atento y hasta rendir
la PSU se hubiera evitado.
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