Los hechos dan la razón no hay duda
que todo fue planificado, y no por el trotskista hijo del compañero Tótoro,
precisamente, sino por una mano proveniente de otros sectores, ya que después
de un mes del desmadre y desborde social con vandalismo, destrozos y
desmanes, lo más lógico era que "Desbordes", fuera el único
político beneficiado.
La presencia de Nicolás Cogler, en la
marcha del lunes en Punta Arenas, encapuchado y portando una bandera
negra, golpeó fuerte en la comunidad magallánica. Ello, porque Cogler, juvenil promesa
regional de Renovación Nacional, hasta febrero del presente año fue Gobernador
de Magallanes en el actual Gobierno del Presidente Piñera.
Con lo del lunes hubo, como es
costumbre, febriles comentarios por redes sociales acerca de que Nicolás estaba
enfermo del coco, uno nunca sabe; otros insinuaron, apresuradamente, y sin
mayor rigor científico, que Cogler era
un nuevo tipo de converso y echaba por tierra la teoría aquella de que es
más probable que un comunacho se convierta en momiacho, que un momiacho se convierta
en comunacho.
Pero lo que sí está claro es que
sería un hipócrita quien lance la primera piedra, porque a Nicolás -que en un momento debió verse a sí mismo como Octavio Castro, el ultimo Intendente
regional socialista proveniente de Natales que cesó en su cargo para el Golpe
de Estado- no podemos juzgarlo, ya que nadie puede ser obligado a ir contra
su naturaleza y Cogler, que es natalino, no olvida que él en esencia es hijo de “La Rebelión de los tirapiedras” que se
dio en Puerto Natales el año 1919.
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