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Los dilemas de Piñera


Es probable  que por estos días el Presidente Piñera no pueda dormir, y no por las últimas opiniones del Ministro Mañalich, ni la acusación constitucional contra la ministra Cubillos.

Sucede que ni el orgullo por haber recibido el "Global Citizen Award" 2019 del Atlantic Council, por su contribución a la comunidad internacional y de Chile en su lucha contra el cambio climático y a favor del crecimiento; ni la felicidad de que el Presidente Macron lo llamara su amigo y confirmara su participación en la Cop 25 en Chile; ni su destacada participación ante la Asamblea General de la ONU,  le hacen olvidar que enfrentará dilemas difíciles de resolver que marcarán su vida política futura.

El primero, si bien tiene relación con los planteamientos de la  ambientalista sueca Greta Thunberg, no es que Piñera deba resolver el rumbo que Chile tenga que seguir entre sustentabilidad ambiental y desarrollo, porque ya lo dejó claro en su discurso ante Asamblea de la ONU: “El desarrollo del mundo debe ser sustentable, por lo que debemos dejar de lado la falsa dicotomía de que el crecimiento no puede ir de la mano del cuidado del medio ambiente", dijo el primer mandatario.

El dilema se relaciona más con la visita de la pequeña Greta a Chile para la COP 25, como la muchacha trae consigo una avalancha mediática, Piñera todavía no está convencido de firmar el acuerdo de Escazú pero, lo que es más grave, aún no tiene decido si en lugar de llevarla al parque Tantauco, no sería preferible invitarla a Fantasilandia o al Buin Zoo.

Y, en este mismo orden, para estar a tono con la ocasión no sabe si pedirle prestado a Ricardo Lagos el traje de Capitán Planeta, que Lagos fondeó en el desván hace rato o, mejor, deba llamar a un sastre para que le confeccione uno con materiales reciclables y asegurarse que le quede entallado.

Pero de todos los dilemas, el que más le debe quitar el sueño, es que tras sus declaraciones llamando a terminar con la “estúpida guerra comercial”, no está seguro de si lo más conveniente sería que lo postulasen para el Premio Nobel de la Paz o, mejor, al de Economía; o si se vería como un ser muy ambicioso que lo postulasen a los dos, no obstante ello aumentaría sus posibilidades de ganar un Nobel, en vez que si fuera candidato a uno solo.

Porque en caso de ganar ambos, Sebastián Piñera sería la quinta persona que gana dos premios Nobel, pero la primera en hacerlo en el mismo año, en dos disciplinas distintas y quedaría en la historia tanto o más que Gabriela Mistral o Pablo Neruda.

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