De todos los políticos
chilenos Gabriel Boric es un caso particular y el más estiloso, como se sabe el
centro de atención y las miradas, hace como si la ropa no le preocupase y cultiva una prolija rebeldía para aparentar
ser desaliñado, porque hasta vestirse de
harapos le sentaría bien. Incluso su corte
de cabello estilo Mohicano, que en otros se vería fatal, a él le queda genial,
mucho mejor que el corte extremista que luce el volante Arturo Vidal.
A Boric todo lo que
sea vea negro y anarco le debe encantar, tal cual un anarquista frustrado, a
lo mejor cree que una vida anterior fue Bakunin y más que el libro la "Patagonia Rebelde" de Osvaldo Bayer, su libro de cabecera debe ser:
"Severino di Giovanni el idealista de la violencia" del mismo
autor recientemente fallecido en Argentina.
Dicha postura, que debe
ser sincera por lo demás, no tenemos el porqué dudar, a veces lo pone en aprietos, pero le rinde
frutos y votos, sobre todo si tiene la suerte de su lado y cuando está
más complicado acontece algo extraordinario que desvía el foco de la atención y sus errores se
terminan olvidando.
Como marca tendencia, sin ser modelo de pasarela y más que Beckhman, fue el primero
que no usó corbata en el parlamento, no
solo para los días viernes, lo que después otros imitaron, trascendió incluso
fuera del Congreso a la empresa privada y servicios públicos.
Por ello la polera negra con
el rostro de Jaime Guzmán baleado catalogada por Carlos Peña como "polera infame", que el diputado, como tipo educado que es, agradeció
sonriendo cuando se la regalaron, puede convertirse en novedad del año y venderse como pan caliente.
Como la moda trasciende
las fronteras políticas, no faltarán los imitadores que querrán imponerle un
sello propio, pronto aparecerán remeras con diseños del rostro de Allende
muerto y ensangrentado en La Moneda, Miguel Enríquez acribillado o la
Comandante Tamara torturada y asesinada.
A mí me regalaron una que es un tanto similar, eso sí por decoro, no vayan a pensar mal de mí, la uso debajo un polerón o camisa cerrada, es también negra y con el rostro de Heisenberg de Breaking Bad.
No es por ser envidioso
o auto referente, pero recuerdo que a principios del año 2014 mandé a
confeccionar un polera negra con la frase "Me cago che" título de un
libro que acababa de publicar y es la frase más utilizada por los magallánicos.
Me la puse durante la presentación y me comprometí públicamente a que si el
diputado Boric me compraba un libro yo le regalaba la polera, el caso es que él
nunca se manifestó.
Por estos días pienso
que mejor le resultaba haber aceptado mi
propuesta, le salía hasta más económico si se quiere, porque el libro valía
un par de chauchas y si me apuraba un poco hasta se la obsequiaba, pero, sobre todo, habría tenido una excusa para rechazar la "polera infame” de Jaime
Guzmán, para no quedar como mal agradecido podría haber expresado: "Muchas
gracias, pero no, ya tengo una que es del mismo color".
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