Aunque suene cruel
decirlo, el diputado Boric, más que ser un personaje político que se deja llevar por sus emociones y, por apego a un romanticismo revolucionario, hace en París visitas imprudentes; es, antes que nada, un tipo con suerte, como si fuera vecino
de duendes o estuviera tocado por una varita mágica, ya que con la muerte del comunero
mapuche en Ercilla, toda la atención político mediática que lo asediaba
se viró ahora hacia La Araucanía por el accionar del Comando Jungla con gatillo fácil en lo que podríamos caricaturizar como la "Pax Armada"
en la Zona Roja del conflicto mapuche, aunque lo del wallmapu, se veía
venir hacer rato y era, nada más, cosa de tiempo para que
ocurriese.
Cabe preguntarse si es acaso la primera
vez que al diputado le "favorece" la contingencia o algo parecido.
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