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Caín y la Cadem


No está documentado que Caín tuviera un defensor o un justo  y debido proceso, porque fue el mismo Dios juez y parte, le acusó y de inmediato condenó a vagar por la tierra; Dios repitió con Caín el mismo proceso penal que había probado ya con Adán cuando lo expulsó del paraíso.

La última encuesta Cadem consultó por la opinión de los chilenos sobre  la inmigración, en una de las preguntas el 57% cree que si un extranjero migrante comete un delito en Chile debe ser inmediatamente expulsado del país, como no se pregunta si es en caso de que sea encontrado culpable de un delito por parte de un tribunal, se puede presumir que, para la mayoría, la sola acusación es signo de culpabilidad y, tal cual le aconteció al pobre de Adán, debe ser de inmediato arrojado de la copia feliz del Edén. Y no es porque seamos injustos, discriminadores o prejuiciosos, es nada más que no pudiera ser de otro modo, después de todo estamos hechos a imagen y semejanza de Dios.

Es interesante saber la opinión que manifiestan los chilenos sobre la inmigración, como también hubiera sido interesante conocer la opinión de los mapuches sobre el fenómeno inmigratorio europeo en la Araucanía de fines del siglo XIX, pero, quizás, nunca lo sabremos porque por esos años no existía la Cadem.

Se dice que para el Día del Juicio Final todos  seremos juzgados, Dios pondrá en la balanza el bien que hemos hecho y nuestros pecados, como los tiempos cambiaron y hasta el Ser Supremo debiera respetar los Derechos Humanos, no es que uno quisiera hacer valer la presunción de inocencia pero, al menos, tener a su lado al abogado del diablo.

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