El maestro Elmo acaba de terminar unos arreglos en mi casa, es
oriundo de Panguipulli, me cuenta que de chico vivía con sus padres en el
Complejo Maderero de Neltume, allí
conoció al Comandante Pepe, el 11 de septiembre se subió a lo alto de una
torre de madera apilada para escondido escuchar su última proclama a los trabajadores
del Complejo, luego lo vio internarse en
la cordillerana selva valdiviana.
Confiesa que, como estaba fascinado con la pistola al cinto, la
chaqueta de cuero, el bigote y barba, que daban la impresión de un joven y
noble bandido guerrillero, quería irse con
Pepe a la montaña, pero tenía 12 años y, en su casa, no lo dejaron.
Comenta que tras Pepe llegaron helicópteros, bajaron militares con
perros que soltaron para perseguir su rastro, porque José Liendo, que así se
llamaba Pepe era el líder del Movimiento Campesino Revolucionario (MCR), brazo
rural del MIR en el sur de Chile.
Liendo era magallánico, estudió en el Liceo de Hombres Luis
Alberto Barrera de Punta Arenas, luego se fue a Valdivia a estudiar Agronomía,
allí se vinculó a los movimientos sociales y, de ser un muchacho retraído y silencioso
de la secundaria, pasó a dirigir el MCR, no regresó a Punta Arenas, fue
detenido, torturado y asesinado por miembros del Ejército el 3 de octubre de
1973.
Hace unos días en Punta Arenas estuvo Gabriel Salazar, Premio Nacional
de Historia, que en los años setenta militó en el MIR, por lo cual fue
detenido, torturado y vivió el exilio en Inglaterra. Hoy, aparte de ser representante
de la Nueva Historia chilena, es una de las voces más respetadas por la
izquierda extraparlamentaria y los movimientos sociales.
Salazar, dijo en Punta Arenas, que Boric, Jackson, Vallejo e,
incluso, Iván Fuentes “Al salirse de su medio para entrar a la clase política,
los líderes sociales perdieron vigencia respecto al movimiento social”. Y
agregó: “Soy crítico de estos jóvenes diputados, que tienen ideas muy sanas, pero
en la práctica están a la cola de una clase política desprestigiada”.
Se podría interpretar de sus palabras que los diputados deberían
volver a la base social, pero en el caso de Vallejos, Cariola, Jackson y Boric,
es complicado porque dejaron de ser estudiantes.
Tal vez podrían probar con pedir en el Congreso un feriado
sabático con el fin de reencontrarse a sí mismos, pero no sería necesario
acudir donde el Dalai Lama sino, como el Che Guevara, recorrer América Latina
en moto, escribir sus vivencias en diarios de vida que, por supuesto, serían
superventas.
Dicen que Boric, al menos, ya es motoquero, como la Vallejo no podría viajar
porque debe cuidar a su guagua, la
Cariola tampoco porque alguien tiene que quedarse en la Cámara para que no le
ocupen los puestos, queda solo Jackson, pero este, como es de Providencia, para
proteger el medio ambiente, querrá hacer la travesía en bicicleta, se demorarían
mucho y en todos los países no hay ciclovías.
Surge, entonces, la alternativa de emular al Comandante Pepe, ahora
bien si no están dispuestos a dejar todo e internarse en la montaña, al menos podrían
ir de trekking por Las Torres, estamos en plena temporada y pasarían desapercibidos
entre los miles de turistas de diversas nacionalidades que transitan por el “Parque
Nacional Torres del Paine”.
Eso sí, deberían decidir cuál trayecto hacer, solo el ascenso a Las
Torres o el circuito W, sería mejor optar por el más fácil, después de todo estar
sentados en el confortable sillón del hemiciclo escuchando y participando de bizantinas
y eternas discusiones legislativas los ha vuelto sedentarios. O, mejor aún, pensarlo
dos veces, quizá, dejar la caminata para el próximo año y comenzar con un chequeo
médico y visitar el gimnasio.
Es que ir de trekking por las Torres del Paine es fatigoso y como los
chicos ya no son los de antes, corren riesgo de desgarrarse, porque han perdido
esa capacidad atlética y masa muscular de su época de dirigentes estudiantiles,
en que de tanto apretar cachete en las protestas para escapar de los pacos, estaban
física y mentalmente, tan aptos, que podían subir y bajar volando hasta el Cerro
Huelen.
(Enero
2016)
Gueeena.., saludo al coterráneo de la tierra del Pangue.., de allí somos.., por esos días del 73 estaba en Fuy.., un poco más arriba de Neltume.
ResponderEliminarNo tenía idea que José Lienzo Vera era de Magallanes (pensaba que era valdiviano). Podrías ilustrarnos sobre esos años previos (magallánicos) del querido Comandante Pepe.., 'bautizado' así no por norma castrense.., sino por el cariño sus compañeros de la montaña.
Recién en octubre del año pasado editaron una novela que lo rememora: "Lo llamaban comandante Pepe" se llma, de Rubén González Lezno.
Algunos de sus compañeros de ruta de Pepe, que le sobrevivieron, hoy escriben sus memorias y lo recuerdan con entrañable cariño: José Manuel Bravo Aguilera, por entonces joven dirigente obrero de la fábrica de Neltume, en sus memorias "De Carranco a Carran: Las tomas que cambiaron la historia" (Ed. LOM); Pedro Cardyn Degen, joven médico que llego al Complejo Maderero (por el sector Futrono), el mismo que se interna en las montañas en los años 80, sobreviviente de otra masacre en esas montañas, hoy nos lega también sus memorias en "Sangre de baguales: Epopeyas mapuche y obreras en tiempos el Complejo Maderero Panguipulli. Un efecto maderero inconcluso" (Ed. LOM). También hay estudios de jóvenes investigadores que nos entregan información esa gesta donde Pepe jubaba un rol protagónico, entre ellos, el trabajo de Cristobal Bize Vivanco, con "El otoño de los raulíes: Poder popular en el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli (Neltume, 1967-1973)".
Saludos Magallanes !